Voluntariado Internacional
Una de las formas en que me gusta viajar es realizando algún trabajo de voluntariado internacional y lo he hecho a través de los Centros Mundiales Guía y Scout.
Google Trips
Google es lo mejor al realizar búsquedas para obtener la información que requerimos al planear un viaje. Pues bien, ahora la aplicación Google Trips nos ayuda aún más al momento de viajar.
Por fin en el Eurotúnel
Londres cumplió mi sueño de atravesar el Canal de la Mancha en tren, con el famoso túnel submarino que une la gran isla de Reino Unido y Francia.
Eurotúnel... ¡check!
Cruzar en tren de París a Inglaterra por el túnel del Canal, o viceversa, era uno de los puntos en mi lista de sueños por cumplir antes de morir (no se preocupe que para después de morir tengo otro listado).
Cruzar en tren de París a Inglaterra por el túnel del Canal, o viceversa, era uno de los puntos en mi lista de sueños por cumplir antes de morir (no se preocupe que para después de morir tengo otro listado).
Eiskreation... Creaciones de helado
Las combinaciones más extrañas y deliciosas de helados, de hecho ¡buenísimas!, las probé en Rieneck, un pueblo en Bavaria, Alemania.
Al principio no estaba muy convencida y sonaban bastante alocadas las descripciones. Aunque el menú estaban en alemán, algo se lograba entender por su similitud en algunas palabras al inglés y si no, a preguntar.
Apps para viajar
Cuando empecé a viajar no habían teléfonos inteligentes o tabletas, ni aplicaciones, todo era a punta de búsquedas en Internet... pero ahora las cosas han cambiado y el desarrollo tecnológico facilita nuestro mundo y también los viajes.
París encantador... desde la Torre Eiffel
Subimos caminando la Torre Eiffel desde la planta baja por los escalones y pronto descubrimos que los rótulos de historia y fotos en cada vuelta de escalera servían para descansar, y los aprovechamos.
La vista es muy buena, ya que se ve todo por todo lado. Claro, el viento también es muy bueno, no me quiero imaginar en el invierno; estábamos en otoño y la temperatura era de unos 16º C, buen clima para nuestro gusto.
En el primer piso todo se ve cercano, las fotos tienen definitivamente otra perspectiva que más arriba, donde se aprecia más distante. Acá encontramos paneles de información, un pedazo de la escalera de caracol que Gustavo Eiffel usaba para subir a su despacho, la tienda de souvenirs, un restaurante (al cual no entramos), un bufet para snacks (que no probamos), un salón de recepciones (que no imaginamos el precio del alquiler) y unas hermosas vistas, que disfrutamos un montón, tomamos fotografías en todas direcciones y tratamos de buscar algunos sitios icónicos, como el Arco del Triunfo y el Museo de Louvre, por ejemplo.
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Vista a Los Inválidos |
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Champ de Mars (El Campo de Marte) |
Ahí encontramos más restaurantes (a donde tampoco entramos) y una encantadora vista de 360°, además de muchos souvenirs.
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Vista al Campo de Marte |
El Palacio de Chaillot |
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Vista al río Siena |
Solo que al bajar nos dimos cuenta que en los puestos de las aceras y con la gente que anda vendiendo en la calle, también los vendían y costaban 1€. Pili y Vic se rieron mucho de mí, pero 'el que ríe a lo último ríe mejor' dice el refrán, porque ellas compraron una Torre divina que se iluminaba, en 6€ cada una que luego las vimos en 3€ (al menos yo perdí solo 1€). Y mi llavero dice "París", mientras los que venden en la calle no lo dice y el peso es inferior, por lo que a mi criterio, son de diferente calidad.
Luego del paseo a la Torre, nos fuimos a buscar la agencia que habíamos ubicado cerca del hostel para comprar el tiquete de tren entre París y Venecia, nuestra siguiente escala.
Fue lo único que no logramos reservar por adelantado, no se vendían los tiquetes de tren en Internet. Casi entramos en shock al descubrir que ya no habían tikes disponibles (así nos suena la palabra en francés), por lo que nos dirigimos luego a la Gard du Nord (la estación más grande) y encontramos tren de París a Milán y luego de Milán a Venecia, así lo hicimos.
La Torre Eiffel es lo primordial al estar en París, no dejes de visitarla.
Antigua Guatemala
Mi primera vez en Guatemala... Fue una casualidad, que disfruté un motón.
Éste fue el viaje inicial fuera de los familiares y fue con gente de la oficina en donde laboraba en ese momento, hace muchos años, mi primer trabajo formal. Y todo fue gracias a que alguien más no puedo ir y me ofrecieron el espacio.
En parapente en los Alpes Suizos
La vez en parapente fue muy emocionante. Estaba viviendo en los Alpes Berneses en Suiza, mientras trabajaba como voluntaria de verano en Kandersteg, un pueblito coqueto y lleno de caminos a las montañas alpinas.
Jardines del Palacio Schönbrunn
El Palacio de Verano vienés, es algo espectacular, algo así como el Versalles de Austria y ambos me han encantado, en especial por sus grandiosos jardines.
Estuve en Viena por un par de días, en donde fui recibida por Agnes, una austriaca que conocí en India, que de casualidad a la misma vez estaba hospedando a una amistad en común, Penny, de Sudáfrica, con quien fui a pasar el día a esta famosa atracción turística.
Tuvimos oportunidad de recorrer sus jardines, que tienen entrada gratuita (a diferencia del francés) y es totalmente esplendoroso.
De una época que aún no termina que caber en mi cabeza, perteneció al famoso e inmenso imperio austro-húngaro por allá de los años 1500, es reflejo de la gloria y ostento de los Habsburgo, a quienes perteneció hasta que finalizó la monarquía en 1918 y ahora es del gobierno de Austria; es estilo barroco y se conserva en color amarillo, ya que era el color oficial de la dinastía habsburga.
Si has escuchado hablar de la Emperatriz Sissi, bueno, por ahí estuvo, era su residencia de verano, así nada más. Tiene más de 1400 habitaciones y no tengo la más mínima idea que hacían con tantos cuartos y qué uso tenía el resto del año.
Aún no sé que harán ruinas romanas por allá, aunque no son reales, supongo que de la época en que todos los caminos llevaban a Roma, hay una fuente con ese nombre, Ruinas Romanas.
En el tiempo en que fue construido, según nos explicó Agnes, se situaba lejos del centro de la ciudad (y ahora está dentro) y bueno, allá se iban los emperadores a pasar sus veranos y de ahí el significado su nombre, Palacio de Verano.
Los jardines tienen grandes pasillos con árboles muy altos recortados para parecer muros, al estilo de Versalles, que tanto me impresionaron cuando lo conocí. La impresión es diferente cuando ya has visto algo similar, pero sigue siendo increíble la sensación de grandeza, belleza, tranquilidad, armonía y aire fresco.
En la parte trasera, muy atrás, sobre una colina y con una vista asombrosa de los jardines detrás del palacio y de la ciudad, se sitúa la Glorieta, que solía ser una habitación con salones a los lados (para bailes, vals y esas cosas, imagino yo) y una súper terraza en el techo. Ahora es una cafetería y se puede subir (aunque es de pago pero económico) a la parte superior en donde la vista es aún más sensacional.
El jardín de atrás, se llama Great Parterre (Ground Floor) y es exquisito y gigantesco, muestra del diseño simétrico de arte barroco en la jardinería, que pretende ser una extensión de los interiores del Palacio, eran parte de la estatus de aquellas épocas, en una sociedad sumamente clasista y monarquista. A los lados tiene 32 estatuas de dioses mitológicos. Para que se den una buena idea del tamaño, Great Parterre es tan solo como una octava parte de los jardines con diseños.
Si viviera en Viena, supongo que iría frecuentemente en verano, a hacer picnic, tomar fotos, leer y disfrutar el momento. Hasta lo puedo saborear desde aquí.
Tanto el palacio como sus jardines son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Y merece la visita... ¡Y espero volver!
Estuve en Viena por un par de días, en donde fui recibida por Agnes, una austriaca que conocí en India, que de casualidad a la misma vez estaba hospedando a una amistad en común, Penny, de Sudáfrica, con quien fui a pasar el día a esta famosa atracción turística.
Con Penny frente a la Fuente de Neptuno |
Frente del Palacio |
Entrada en frente del Palacio |
Fuente Las Ruinas Romanas |
En el tiempo en que fue construido, según nos explicó Agnes, se situaba lejos del centro de la ciudad (y ahora está dentro) y bueno, allá se iban los emperadores a pasar sus veranos y de ahí el significado su nombre, Palacio de Verano.
Pasillos de jardines |
La Glorieta del Palacio |
Vista desde la Glorieta al Great Parterre (el jardín trasero) |
Si viviera en Viena, supongo que iría frecuentemente en verano, a hacer picnic, tomar fotos, leer y disfrutar el momento. Hasta lo puedo saborear desde aquí.
El Pabellón de la Palmera |
Encantadora Ljubljana
Ljubljana, es simplemente encantadora.
Se pronuncia Liubliana, es la capital de Eslovenia y es su ciudad más grande, aún así, es diminuta. Estuve dos días ahí y ¡me encantó! Es muy tranquila, fácil de caminar y los eslovenos en general son muy amigables y además, algo que no sabía, son de apariencia muy agradable, al menos para mi gusto.
Eslovenia suele confundirse con Eslovaquia, como Suiza con Suecia. Y también tengo mi historia chistosa al respecto, si quieren reírse un rato, lean: La vez en Bratislava.
Está dividida por un río, de un lado está el centro medieval con su castillo y del otro la ciudad moderna, con sus cafés y restaurantes en su ribera. Me llamó mucho la atención un hombre que iba con su perro, ambos de pie sobre una tabla de surf en río.
De sus lugares emblemáticos, no hay forma de perder y me fue fácil encontrar, el Puente del Dragón, que como podrás imaginar, tiene una escultura de dragón (y está ahí desde 1901 y wuau, eso es mucho tiempo). También se llega sin dificultad al Mercado Central, que es al aire libre, en donde en el pasillo de souvenirs logré comprar un imán para el refrigerador por tan solo €1.
Al Parque Tivoli tenía mucha emoción de ir, ya que, por casualidad una fotografía mía estuvo expuesta ahí el año anterior (luego les cuento esa historia). Este es el pulmón verde de la ciudad, tiene mucha vegetación, amplias zonas para ejercitarse y suele tener exhibiciones al aire libre, como en la que participó mi foto.
Muy cerca del hostel estaba la Prešeren Square, la principal plaza y punto de encuentro de la ciudad, con su gran explanada adoquinada, donde suelen celebrarse conciertos, festivales y carnavales. Yo tuve el asombro de encontrarme a media noche (en mi regreso de un pequeño viaje truncado a Zagreb, capital de Croacia) con una filmación de una escena navideña (aunque estábamos en setiembre), la esquina comercial totalmente decorada con la época y sus luces, abrigos gruesos y bolsas de regalo.
Me llamó la atención y me quedé algún rato viendo el asunto, eran tan solo unos cuantos segundos, la gente caminaba de aquí para allá y allá para acá en unos metros de acera, algunos clientes salían de la tienda de la esquina. En la siguiente filmación, los de allá caminaban para acá y los de aquí para allá, y los clientes entraban a la tienda. No sé cuánto tiempo estuvieron rehaciendo ese par de escenas, yo los miré por algunos minutos, luego me fui a dormir, y ellos continuaron con su "corte" y repitiendo todo de nuevo.
Me pareció curioso y me pregunto si algún día veré una película y diré ¡esa es la escena en la Plaza central de Liubliana! (aunque en realidad no lo creo posible, jeje).
En esta plaza también se encuentra la Iglesia Franciscana de la Anunciación, que data del Siglo XVII de un llamativo color salmón con estilo barroco,
Otro punto turístico, frente a la explanada de la iglesia, es el Puente Triple, que es el más famoso de todos, ya que tiene varios y es el más bonito. Se llama así porque conecta tres puentes.
El Castillo, que es del Siglo XV, una fortaleza medieval, está sobre una pequeña colina y es imposible de perder. Es símbolo de la ciudad. Se llega caminando hasta ahí con mucha facilidad, tiene su sendero (y también opción de subir en funicular, de pago) y se tardan unos 15 o 20 minutos a ritmo tranquilo. Tiene acceso sin costo a varios espacios del lugar.
Por último, les cuento sobre la Catedral de San Nicolás, del Siglo XVIII, con sus torres gemelas, también con estilo barroco, con su domo en color verde (que se ve desde el mirador del Castillo). Tiene unas puertas gravadas en bronce, que fueron añadidas para la visita de Juan Pablo II en 1996.
Y otro punto a favor de Liubliana, ¡es muy económica!
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Se pronuncia Liubliana, es la capital de Eslovenia y es su ciudad más grande, aún así, es diminuta. Estuve dos días ahí y ¡me encantó! Es muy tranquila, fácil de caminar y los eslovenos en general son muy amigables y además, algo que no sabía, son de apariencia muy agradable, al menos para mi gusto.
Eslovenia suele confundirse con Eslovaquia, como Suiza con Suecia. Y también tengo mi historia chistosa al respecto, si quieren reírse un rato, lean: La vez en Bratislava.
Está dividida por un río, de un lado está el centro medieval con su castillo y del otro la ciudad moderna, con sus cafés y restaurantes en su ribera. Me llamó mucho la atención un hombre que iba con su perro, ambos de pie sobre una tabla de surf en río.
Ljubljanica River |
Dragon Bridge |
Tivoli Park |
Preseren Square |
Me pareció curioso y me pregunto si algún día veré una película y diré ¡esa es la escena en la Plaza central de Liubliana! (aunque en realidad no lo creo posible, jeje).
En esta plaza también se encuentra la Iglesia Franciscana de la Anunciación, que data del Siglo XVII de un llamativo color salmón con estilo barroco,
Iglesia Franciscana de la Anunciación |
El Castillo, que es del Siglo XV, una fortaleza medieval, está sobre una pequeña colina y es imposible de perder. Es símbolo de la ciudad. Se llega caminando hasta ahí con mucha facilidad, tiene su sendero (y también opción de subir en funicular, de pago) y se tardan unos 15 o 20 minutos a ritmo tranquilo. Tiene acceso sin costo a varios espacios del lugar.
Ljubljana Castle |
Por último, les cuento sobre la Catedral de San Nicolás, del Siglo XVIII, con sus torres gemelas, también con estilo barroco, con su domo en color verde (que se ve desde el mirador del Castillo). Tiene unas puertas gravadas en bronce, que fueron añadidas para la visita de Juan Pablo II en 1996.
Cathedral of Saint Nicholas |
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Déjate impresionar con los Alpes
Los Alpes Suizos me hicieron suspirar desde la primera vez... fue amor a primera vista. Son ciertamente increíbles y siempre estaré agradecida con la vida por haberlos conocido, deseo de todo corazón tener oportunidad de seguir visitándolos, caminar aún más en ellos y tomar miles de fotos más.
Ver fotos de esas impresionantes montañas siempre me hace suspirar, con la misma intensidad que se respira de simple emoción al estar enamorado, así de fuerte y de real es mi relación con los Alpes.
Hay gran cantidad de senderos para hiking, muy bien rotulados, con horas de caminata incluidas y señalizaciones para que no vayas a perder el camino.
La traducción de hiking se queda corta en español, ya que caminata suena muy sencilla y excursionismo como que no suena a más que ir de paseo, pero la verdad es que caminar en los Alpes requiere de alguna condición física, porque ¡no son planos! (vaya sorpresa), je je je.
Aunque sí hay lugares tranquilos en donde la inclinación es poca y se disfruta una caminata suave, las mejores partes están cuesta arriba. He hecho caminatas largas aunque no muy complicadas, así que a mí también me falta bastante camino por andar.
Y claro, hay trenes que te llevan a cumbres majestuosas (¡obvio!, es Suiza y con ella, sus trenes) y se puede llegar fácilmente (aunque la economía sería otro tema) como a Niesen "la pirámide suiza" (que si lo prefieres a pie, tiene el récord Guiness de la escalera más larga del mundo con más de 11.600 peldaños) o Jungfrau y su fama, incluyendo una escena de 007.
Además otros sistemas como teleféricos, que te elevan 500 metros en cuestión de minutos, evitando un camino de 1 o 2 horas, pero desde donde puedes caminar a otros increíbles puntos y ver más montañas. Como Stockhorn con su vista de 200 cumbres.
Llegar a la cima, cuando está despejada (¡claro!, de lo contrario solo ves nubes, que a veces pasa) y ver esa infinidad de cumbres, algunas nevadas (o muchas, dependiendo de la temporada) en un sistema montañoso que parece interminable pero ante todo majestuoso.
Si vas a Suiza, no pierdas oportunidad con sus Alpes y déjate impresionar.
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Ver fotos de esas impresionantes montañas siempre me hace suspirar, con la misma intensidad que se respira de simple emoción al estar enamorado, así de fuerte y de real es mi relación con los Alpes.
Hay gran cantidad de senderos para hiking, muy bien rotulados, con horas de caminata incluidas y señalizaciones para que no vayas a perder el camino.
La traducción de hiking se queda corta en español, ya que caminata suena muy sencilla y excursionismo como que no suena a más que ir de paseo, pero la verdad es que caminar en los Alpes requiere de alguna condición física, porque ¡no son planos! (vaya sorpresa), je je je.
Aunque sí hay lugares tranquilos en donde la inclinación es poca y se disfruta una caminata suave, las mejores partes están cuesta arriba. He hecho caminatas largas aunque no muy complicadas, así que a mí también me falta bastante camino por andar.
Y claro, hay trenes que te llevan a cumbres majestuosas (¡obvio!, es Suiza y con ella, sus trenes) y se puede llegar fácilmente (aunque la economía sería otro tema) como a Niesen "la pirámide suiza" (que si lo prefieres a pie, tiene el récord Guiness de la escalera más larga del mundo con más de 11.600 peldaños) o Jungfrau y su fama, incluyendo una escena de 007.
Además otros sistemas como teleféricos, que te elevan 500 metros en cuestión de minutos, evitando un camino de 1 o 2 horas, pero desde donde puedes caminar a otros increíbles puntos y ver más montañas. Como Stockhorn con su vista de 200 cumbres.
Llegar a la cima, cuando está despejada (¡claro!, de lo contrario solo ves nubes, que a veces pasa) y ver esa infinidad de cumbres, algunas nevadas (o muchas, dependiendo de la temporada) en un sistema montañoso que parece interminable pero ante todo majestuoso.
Si vas a Suiza, no pierdas oportunidad con sus Alpes y déjate impresionar.
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Sobre El Púlpito
Si van a Noruega, hagan todo lo posible por ir a El Púlpito (Pulpit Rock) o en noruego Preikestolen y no se van a arrepentir, porque es ¡fascinante!
Quienes le conocen, saben que es un sitio fenomenal y a quienes no, permítanme antojarlos de la visita.
Quiso la naturaleza luego de la era glacial, crear unos inmensos canales de agua salada color turquesa en donde el mar ingresa entre altas y acantiladas montañas; lo que en la península escandinava se conoce como fiordos.
Dentro del maravilloso paisaje de los fiordos noruegos, en el fiordo de Lyse, se encuentra un monumento natural de piedra sólida de más de 600 metros de altura, el cual tiene la cima bastante plana en una superficie grande (de unos 25 metros cuadrados) que visto desde lejos parece un púlpito o plataforma para predicar y de ahí de su nombre.
Se encuentra cerca de Stavanger, una de las paradas en el país nórdico, que visité con mis amigas Pili y Vic, hecha en especial para visitar ese famoso lugar, una de las atracciones naturales más visitadas, de hecho.
Llegar hasta ahí tiene su toque especial, primero caminamos del hostel al muelle para buscar un ferry que nos llevara cerca, luego tomamos un taxi junto con otros turistas, que al igual que nosotros estaban cansados de esperar un supuesto autobús a la base del sendero y por último, caminar cuesta arriba hasta llegar allá por un camino de montaña con algunos lagos glaciales.
La caminata fue muy agradable, con impresionantes vistas incluso antes de llegar, con todo que nos detuvimos bastante para tomar fotografías, nos tardamos un par de horas y un poco menos al regreso.
Al estar por fin sobre El Púlpito, caminar sobre él, acercase a la orilla (pero no mucho), ver la vista 600 metros hacia abajo en el acantilado, da una maravillosa sensación de belleza natural, inmensidad, libertad y calma.
El cielo estaba bastante despejado, la vista se pierde en escarpadas montañas, con cimas aplanadas, al fondo incluso algunas con picos nevados (fuimos a principios del otoño).
Tomamos muchas fotos en todos los ángulos, de las mejores fueron cerca del borde, lo más que pudimos acercarnos sin cara sin susto por el abismo. Yo sabía de antemano que no iba a atreverme a caminar tan cerca del borde como para poder mirar hacia abajo, así que ya traía mi estrategia preparada, caminar hasta donde me fuera posible y luego acostarme sobre la piedra y jalar mi cuerpo hasta que mi cabeza llegara al borde para observar la vertiginosa vista.
Y así fue, la sensación fue algo indescriptible, simplemente de los mejores momentos que he vivido en mis viajes. Es muy fácil salir sonriente en las fotos cuando no puedes parar de sonreír.
Una de las más memorables, agradables e inolvidable aventura de viajes, espero algún día regresar, o tomar un crucero para verlo desde abajo.
El Púlpito... ¡totalmente recomendado!
Quienes le conocen, saben que es un sitio fenomenal y a quienes no, permítanme antojarlos de la visita.
Quiso la naturaleza luego de la era glacial, crear unos inmensos canales de agua salada color turquesa en donde el mar ingresa entre altas y acantiladas montañas; lo que en la península escandinava se conoce como fiordos.
Dentro del maravilloso paisaje de los fiordos noruegos, en el fiordo de Lyse, se encuentra un monumento natural de piedra sólida de más de 600 metros de altura, el cual tiene la cima bastante plana en una superficie grande (de unos 25 metros cuadrados) que visto desde lejos parece un púlpito o plataforma para predicar y de ahí de su nombre.
Se encuentra cerca de Stavanger, una de las paradas en el país nórdico, que visité con mis amigas Pili y Vic, hecha en especial para visitar ese famoso lugar, una de las atracciones naturales más visitadas, de hecho.
Llegar hasta ahí tiene su toque especial, primero caminamos del hostel al muelle para buscar un ferry que nos llevara cerca, luego tomamos un taxi junto con otros turistas, que al igual que nosotros estaban cansados de esperar un supuesto autobús a la base del sendero y por último, caminar cuesta arriba hasta llegar allá por un camino de montaña con algunos lagos glaciales.
La caminata fue muy agradable, con impresionantes vistas incluso antes de llegar, con todo que nos detuvimos bastante para tomar fotografías, nos tardamos un par de horas y un poco menos al regreso.
Al estar por fin sobre El Púlpito, caminar sobre él, acercase a la orilla (pero no mucho), ver la vista 600 metros hacia abajo en el acantilado, da una maravillosa sensación de belleza natural, inmensidad, libertad y calma.
El cielo estaba bastante despejado, la vista se pierde en escarpadas montañas, con cimas aplanadas, al fondo incluso algunas con picos nevados (fuimos a principios del otoño).
Tomamos muchas fotos en todos los ángulos, de las mejores fueron cerca del borde, lo más que pudimos acercarnos sin cara sin susto por el abismo. Yo sabía de antemano que no iba a atreverme a caminar tan cerca del borde como para poder mirar hacia abajo, así que ya traía mi estrategia preparada, caminar hasta donde me fuera posible y luego acostarme sobre la piedra y jalar mi cuerpo hasta que mi cabeza llegara al borde para observar la vertiginosa vista.
Y así fue, la sensación fue algo indescriptible, simplemente de los mejores momentos que he vivido en mis viajes. Es muy fácil salir sonriente en las fotos cuando no puedes parar de sonreír.
Una de las más memorables, agradables e inolvidable aventura de viajes, espero algún día regresar, o tomar un crucero para verlo desde abajo.
El Púlpito... ¡totalmente recomendado!
Monedero recuperado en París
La única vez que me han robado mientras viajo ha sido en París, en donde unos niños de 9 o 10 años me sacaron un monedero y lo increíble fue que lo recuperé.
Yo iba caminando tranquilamente, muy ligera, cargaba en mi espalda una pequeña mochila con mi comida, un bolso estilo canguro en mi cintura (el cual según yo era la cosa más segura posible en cuanto a bolsos... ¡eh!, ¡error!) y un estuche de cámara fotográfica pequeña colgando en mi cuello. La cámara la andaba amarrada a mi muñeca y en ese momento llevaba mis manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta, sino, creo que también la hubieran tomado.
Estaba terminando primavera y empezando el verano, la temperatura era agradable y fresca, con algo de sol y un poco de lluvia ocasional. Ideal para caminar, a mi gusto, recorriendo París, y ese día iba de la famosa Plaza de la Concordia hacia los Jardines de las Tullerías y el Museo de Louvre.
Ya había esquivado a algunos adultos de dudoso actuar, que estaban solicitando firmas por la paz en África, lo cual no calzó con nada lógico en mi cabeza y me alejé lo más pronto posible. ¿De qué serviría que una extranjera que ni siquiera es europea firme en un papel lleno de nombres que nadie puede verificar? No le vi ningún sentido y pensé "aquí hay gato encerrado" y lo mejor es huir rápidamente.
Pronto me encontraba en una explanada, cerca de un semáforo peatonal para dirigirme a los Jardines, cuando unos niños, 2 o 3, se acercaron a pedirme dinero, hablando en inglés. En seguida llegaron más y de pronto estaba rodeada de 5 o 6, quienes se empezaron a guindar de mi chaqueta y jalarme la ropa, cada vez con mayor insistencia y aumento en sus voces chillonas suplicando ayuda.
Desde el inicio mi respuesta fue un rotundo no y conforme ellos incrementaban el escándalo, se fue bajando mi paz y subiendo mi cólera y terminé gritándoles, con lo cual, según yo, terminaron por disiparse, pero en realidad fue porque ya habían logrado su objetivo.
En seguida y aún enojada crucé la calle en el semáforo peatonal y justo al llegar del otro lado, noté que el bolso en mi cintura estaba abierto... ¡y habían robado mi monedero! Que era todo lo que cargaba en ese lado del bolso. Y más coraje que me dio, no solo por sentirme burlada, sino porque perdí un llavero que me gustaba mucho, el cual estaba en el zíper.
No perdía en realidad dinero, ya que cargaba muy pocas monedas, si acaso un euro y algunos centavos. Me dolía perder el monedero, que yo misma había fabricado, y más aún el llavero que iba en él, una corona con decoración en color rosado que por detrás dice Denmark (que compré cuando estuve en Dinamarca pero parece un llavero de Disney).
De inmediato me decidí a devolverme, seguirles la pista a su siguiente robo y ver en dónde botaban los bolsos, ya que supuse que lo que les interesaba era el efectivo. En mi imaginación y a falta de experiencia en el tema, pensé que iba a encontrar un basurero lleno de documentos y bolsos robados.
Noté que habían niños de diferentes edades e incluso adolescentes. No cargaban nada con ellos, por lo que mi teoría de que por ahí cerca había un botadero se consolidaba.
Rápidamente encontré que había un par de adultos a los cuales los niños se dirigían, ellos se encontraban "cuidando" carros en un área cercana, a desnivel de la explanada, los podía mirar con facilidad, un poco más abajo desde el punto donde yo estaba.
No tuve tiempo de ver el siguiente asalto, ya que los niños también habían notado mi presencia y muy amablemente me devolvieron mi monedero, ¡que amables! Llegaron a mí sosteniendo el monedero de una esquinita, como si no quisieran ni tocarlo, señalando el suelo y hablando no sé en qué idioma, no estoy segura si era francés o algún otro pero no era inglés. Por medio de sus gestos comprendí que me explicaban que habían lo encontrado en el piso, que vieron cuando se cayó por lo que sabían que era mío.
Les di las gracias de muy mala manera, con ganas de darles un manazo en la cara, pero en fin, agradecía haber recuperado mi llavero. Revisé el contenido y solo faltaban los centavitos, los cuales me imagino los usaban para jugar, ya que no iban a poder en realidad comprar nada con ellos.
Y desde entonces no uso más bolsos en la cintura estilo canguro y tampoco cargo llaveros que prefiero conservar. Y no permito que me toquen.
Ésta es de esas historias que siempre se cuentan, con los mismos detalles y permanecen en nuestra memoria... o al menos así es como yo la recuerdo.
Yo iba caminando tranquilamente, muy ligera, cargaba en mi espalda una pequeña mochila con mi comida, un bolso estilo canguro en mi cintura (el cual según yo era la cosa más segura posible en cuanto a bolsos... ¡eh!, ¡error!) y un estuche de cámara fotográfica pequeña colgando en mi cuello. La cámara la andaba amarrada a mi muñeca y en ese momento llevaba mis manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta, sino, creo que también la hubieran tomado.
Estaba terminando primavera y empezando el verano, la temperatura era agradable y fresca, con algo de sol y un poco de lluvia ocasional. Ideal para caminar, a mi gusto, recorriendo París, y ese día iba de la famosa Plaza de la Concordia hacia los Jardines de las Tullerías y el Museo de Louvre.
Ya había esquivado a algunos adultos de dudoso actuar, que estaban solicitando firmas por la paz en África, lo cual no calzó con nada lógico en mi cabeza y me alejé lo más pronto posible. ¿De qué serviría que una extranjera que ni siquiera es europea firme en un papel lleno de nombres que nadie puede verificar? No le vi ningún sentido y pensé "aquí hay gato encerrado" y lo mejor es huir rápidamente.
Pronto me encontraba en una explanada, cerca de un semáforo peatonal para dirigirme a los Jardines, cuando unos niños, 2 o 3, se acercaron a pedirme dinero, hablando en inglés. En seguida llegaron más y de pronto estaba rodeada de 5 o 6, quienes se empezaron a guindar de mi chaqueta y jalarme la ropa, cada vez con mayor insistencia y aumento en sus voces chillonas suplicando ayuda.
Desde el inicio mi respuesta fue un rotundo no y conforme ellos incrementaban el escándalo, se fue bajando mi paz y subiendo mi cólera y terminé gritándoles, con lo cual, según yo, terminaron por disiparse, pero en realidad fue porque ya habían logrado su objetivo.
En seguida y aún enojada crucé la calle en el semáforo peatonal y justo al llegar del otro lado, noté que el bolso en mi cintura estaba abierto... ¡y habían robado mi monedero! Que era todo lo que cargaba en ese lado del bolso. Y más coraje que me dio, no solo por sentirme burlada, sino porque perdí un llavero que me gustaba mucho, el cual estaba en el zíper.
No perdía en realidad dinero, ya que cargaba muy pocas monedas, si acaso un euro y algunos centavos. Me dolía perder el monedero, que yo misma había fabricado, y más aún el llavero que iba en él, una corona con decoración en color rosado que por detrás dice Denmark (que compré cuando estuve en Dinamarca pero parece un llavero de Disney).
De inmediato me decidí a devolverme, seguirles la pista a su siguiente robo y ver en dónde botaban los bolsos, ya que supuse que lo que les interesaba era el efectivo. En mi imaginación y a falta de experiencia en el tema, pensé que iba a encontrar un basurero lleno de documentos y bolsos robados.
Noté que habían niños de diferentes edades e incluso adolescentes. No cargaban nada con ellos, por lo que mi teoría de que por ahí cerca había un botadero se consolidaba.
Rápidamente encontré que había un par de adultos a los cuales los niños se dirigían, ellos se encontraban "cuidando" carros en un área cercana, a desnivel de la explanada, los podía mirar con facilidad, un poco más abajo desde el punto donde yo estaba.
No tuve tiempo de ver el siguiente asalto, ya que los niños también habían notado mi presencia y muy amablemente me devolvieron mi monedero, ¡que amables! Llegaron a mí sosteniendo el monedero de una esquinita, como si no quisieran ni tocarlo, señalando el suelo y hablando no sé en qué idioma, no estoy segura si era francés o algún otro pero no era inglés. Por medio de sus gestos comprendí que me explicaban que habían lo encontrado en el piso, que vieron cuando se cayó por lo que sabían que era mío.
Les di las gracias de muy mala manera, con ganas de darles un manazo en la cara, pero en fin, agradecía haber recuperado mi llavero. Revisé el contenido y solo faltaban los centavitos, los cuales me imagino los usaban para jugar, ya que no iban a poder en realidad comprar nada con ellos.
Y desde entonces no uso más bolsos en la cintura estilo canguro y tampoco cargo llaveros que prefiero conservar. Y no permito que me toquen.
Ésta es de esas historias que siempre se cuentan, con los mismos detalles y permanecen en nuestra memoria... o al menos así es como yo la recuerdo.
Libre de Ser Yo
Soy dirigente juvenil en el movimiento de Guías y Scouts en mi país, Costa Rica, y en agosto 2015 tuve la inmensa oportunidad de recibir un taller sobre el programa mundial de Libre de Ser Yo (freebeingme.com) que promueve la organización mundial Guía Scout con apoyo de la marca Dove, en Sangam, el Centro Guía Mundial en India.
La belleza del caos en India
Parte del atractivo al estar en un lugar nuevo, es probar el transporte público y en India no hay excepción.
Una forma muy particular y ampliamente utilizada en las ciudades grandes en el Rickshaw, un triciclo motorizado con techo pero abierto a los lados, en donde los pasajeros (dos o tres si se estrujan) van sobre un asiento detrás del conductor. Todos son de color amarillo fuerte, o al menos no vi diferentes. Son muy característicos, suelen salir en las películas cuando hacen tomas en India y se utilizan desde los años cuarenta o por ahí.
También hay otras versiones en donde el asiento sobre ruedas es jalado por una persona que camina o que pedalea, pero no las utilicé.
Puede ser una experiencia tan impactante, que antes de salir a tomar el Rickshaw nos mostraron un video para explicarnos cómo era la cosa y cómo negociar el precio, ya que es algo usual que al final te cobren más simplemente porque sí.
Aún así no me sentí preparada y tuve temor durante el recorrido, que luego ya con el tiempo se fue mermando. Íbamos 3 pasajeros a bordo, así que fue un poco estrecho el espacio, había que encoger los brazos para no codear a nadie. Me tocó en un extremo, así que sentía que iba a salir volando, sentía los demás vehículos demasiado cerca... y lo estaban.
Algunos conductores de autos incluso, optan por cerrar sus espejos laterales, para no golpearlos con los demás carros... ¡Así de cerca circulan!
Al llegar a nuestro destino, el conductor trató de cobrarnos más de lo que indicaba la pantalla del aparato del precio, explicándonos e insistiendo que ya nos había dicho desde el inicio que al monto había que agregarle 20 rupias, de lo cual nadie recordaba nada... porque nunca sucedió. No teníamos suficiente dinero en efectivo para pagarle el sobreprecio y se molestó mucho, pero nos fuimos sin dificultad.
En el recorrido de regreso tomamos el autobús, de los que conocemos como buses escolares, es decir que en los asientos caben cómodamente sentados solo dos personas o tres muy estrechamente sentados. Y solo tienen puerta en la parte de adelante.
Nunca comprendí el sistema de cobro, con unos pedazos de papel o especie de tiquetes y una persona adicional al conductor hace la labor de cobrar; pero al menos la persona a cargo del grupo se encargó de pagar el pasaje de todos y nos liberamos de esa parte.
Por otra parte, los carriles en las carreteras parecen inexistentes, aunque sí están demarcados, hay carros, motos, Rickshaws, autobuses, camiones y vacas (sí, vacas), en cualquier lugar. Al principio no entendí en lo absoluto la dinámica, ni comprendí el sistema, desde mi punto de vista no había ninguno... era toda una confusión y desorden. Lo describiría como carriles y entre-carriles, es decir, algunos van por su debida línea y otros van entre aquellos.
Luego fue comprendiendo que su caótico sistema se basa en la cortesía, en dar espacio al que se acerca, de modo que poco a poco todos ingresan y avanzan, de un lado y de otro. Curiosamente, contrario a mi pensamiento inicial, no vi ningún accidente; aunque no dudo que existan, deben ser pocos en comparación al volumen de masas de gente y motores que se mueven por ahí.
Así comprendí en India, la belleza del caos.
Una forma muy particular y ampliamente utilizada en las ciudades grandes en el Rickshaw, un triciclo motorizado con techo pero abierto a los lados, en donde los pasajeros (dos o tres si se estrujan) van sobre un asiento detrás del conductor. Todos son de color amarillo fuerte, o al menos no vi diferentes. Son muy característicos, suelen salir en las películas cuando hacen tomas en India y se utilizan desde los años cuarenta o por ahí.
También hay otras versiones en donde el asiento sobre ruedas es jalado por una persona que camina o que pedalea, pero no las utilicé.
Puede ser una experiencia tan impactante, que antes de salir a tomar el Rickshaw nos mostraron un video para explicarnos cómo era la cosa y cómo negociar el precio, ya que es algo usual que al final te cobren más simplemente porque sí.
Aún así no me sentí preparada y tuve temor durante el recorrido, que luego ya con el tiempo se fue mermando. Íbamos 3 pasajeros a bordo, así que fue un poco estrecho el espacio, había que encoger los brazos para no codear a nadie. Me tocó en un extremo, así que sentía que iba a salir volando, sentía los demás vehículos demasiado cerca... y lo estaban.
Algunos conductores de autos incluso, optan por cerrar sus espejos laterales, para no golpearlos con los demás carros... ¡Así de cerca circulan!
Al llegar a nuestro destino, el conductor trató de cobrarnos más de lo que indicaba la pantalla del aparato del precio, explicándonos e insistiendo que ya nos había dicho desde el inicio que al monto había que agregarle 20 rupias, de lo cual nadie recordaba nada... porque nunca sucedió. No teníamos suficiente dinero en efectivo para pagarle el sobreprecio y se molestó mucho, pero nos fuimos sin dificultad.
En el recorrido de regreso tomamos el autobús, de los que conocemos como buses escolares, es decir que en los asientos caben cómodamente sentados solo dos personas o tres muy estrechamente sentados. Y solo tienen puerta en la parte de adelante.
Nunca comprendí el sistema de cobro, con unos pedazos de papel o especie de tiquetes y una persona adicional al conductor hace la labor de cobrar; pero al menos la persona a cargo del grupo se encargó de pagar el pasaje de todos y nos liberamos de esa parte.
Por otra parte, los carriles en las carreteras parecen inexistentes, aunque sí están demarcados, hay carros, motos, Rickshaws, autobuses, camiones y vacas (sí, vacas), en cualquier lugar. Al principio no entendí en lo absoluto la dinámica, ni comprendí el sistema, desde mi punto de vista no había ninguno... era toda una confusión y desorden. Lo describiría como carriles y entre-carriles, es decir, algunos van por su debida línea y otros van entre aquellos.
Luego fue comprendiendo que su caótico sistema se basa en la cortesía, en dar espacio al que se acerca, de modo que poco a poco todos ingresan y avanzan, de un lado y de otro. Curiosamente, contrario a mi pensamiento inicial, no vi ningún accidente; aunque no dudo que existan, deben ser pocos en comparación al volumen de masas de gente y motores que se mueven por ahí.
Así comprendí en India, la belleza del caos.
Café Viajero: ¿Cómo viajar por el mundo?
Me gusta viajar y con frecuencia la gente me pregunta "Por qué viaja?" y yo suelo decir "Porque me gusta viajar y procuro hacerlo", a lo cual sigue otra consulta, "Sí, pero ¿cómo hace?, a mí también me gustaría hacerlo."
Bueno, en la charla Café Viajero les comparto cómo pueden viajar por el mundo, dirigido a personas que desean viajar o mejorar sus experiencias viajeras, con información básica de los siguientes puntos:
- Elección de destinos
- Hospedajes
- Qué llevar y cómo empacar
- Manejo de itinerarios
- Finanzas para viajar y cómo gastar menos dinero
- Seguro de viajes, visas y migración
- Tips generales
El Café Viajero es una reunión casual tomándonos un café, en donde expongo sobre temas de interés, con base en mi experiencia viajera en 30 países, a su servicio.
Las próximas fechas de eventos presenciales para el 2016 son:
¿Cómo viajar por el mundo?: miércoles 6 de abril, 6 de julio y 7 de setiembre.
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Para todos los eventos aplica la siguiente información:
-Hora: de 5pm a 7:30pm.
-Lugar: Starbucks Plaza de la Cultura (San José, Costa Rica).
-Inversión: $15, incluye como cortesía un Café del Día en tamaño Tall (excluye cualquier otro consumo en la cafetería). Si prefiere un té, debe informarme con anticipación.
-Se obsequia 1 hora de Email Coaching a cada asistente.
-El cupo es limitado.
También podemos organizar su propio Café Viajero.
Si desea alguna de mis charlas en su oficina o empresa por favor solicite la información.
*Se requiere confirmación y pago previo, mínimo 24 horas antes del evento, por medio de Eventbrite, PayPal, depósito o transferencia en cuenta BCR. Se reserva el derecho de cambiar de ubicación y/o fecha según el cupo.
Si no es de Costa Rica, solicite información para asesorías en línea a través de Skype o Zoom en el Café Virtual.
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Si desea trabajar conmigo puede contactarme en este blog o por medio de Redes Sociales y si requiere más información use el Formulario de Contacto.
Currículum viajero
Estrené mi pasaporte hasta los 22 años de edad pero desde entonces he estado en 30 países, 3 continentes y he vivido en 2 naciones: Costa Rica (mi país) y Suiza... Como ven, aún me falta mucho por viajar.
Mi primer viaje fue uno familiar a Panamá, para visitar a mi hermana mayor que se había trasladado a vivir allá por su matrimonio con un panameño.
Olvidé desde cuando empecé con esta loca idea de viajar pero debe haber sido hace mucho tiempo. Desde niña me han gustado los mapas, las banderas, la geografía y la historia, aunque no sé mucho en realidad (estudié mercadeo) me gusta vivirlo en la práctica.
He visitado:
América:
Mi primer viaje fue uno familiar a Panamá, para visitar a mi hermana mayor que se había trasladado a vivir allá por su matrimonio con un panameño.
Olvidé desde cuando empecé con esta loca idea de viajar pero debe haber sido hace mucho tiempo. Desde niña me han gustado los mapas, las banderas, la geografía y la historia, aunque no sé mucho en realidad (estudié mercadeo) me gusta vivirlo en la práctica.
He visitado:
América:
- Costa Rica: desde que nací.
- Guatemala: Ciudad de Guatemala y Antigua Guatemala.
- Honduras: Tegucigalpa.
- El Salvador: San Salvador.
- Panamá: Ciudad de Panamá.
- Estados Unidos: Chicago, Massachusetts (Boston), Pennsylvania (Filadelfia), Nueva York, California (Los Ángeles), Florida (Miami y Orlando)
- México: Monterrey.
- Ecuador: Quito.
Asia:
- Emiratos Árabes Unidos: Abu Dabi.
- China: Cantón y Pekín (Beijing).
- India: Maharashtra (Pune), Delhi y el Taj Mahal en Agra.
Europa:
- Alemania
- Austria
- Croacia
- Ciudad del Vaticano
- Dinamarca
- Escocia (Reino Unido)
- Eslovenia
- Eslovaquia
- España
- Francia
- Gibraltar (Reino Unido)
- Hungría
- Italia
- Inglaterra: Reino Unido
- Noruega
- Países Bajos (Holanda)
- República Checa
- Rusia
- Suecia
- Suiza
Ticos en Liubliana
Una de las cosas curiosas que suceden al viajar sola, es tener lejos a la gente con quienes compartes nacionalidad. Y todo lo que eso significa.
En mi caso, como buena tica, que entiendan que quieres desayunar con gallopinto (con Salsa Lizano), comer tortilla (de maíz) y tomar café (de tu país), que la fruta la preferimos en un buen batido o en fresco y que el almuerzo es tipo casado o una olla'e carne.
En mi caso, como buena tica, que entiendan que quieres desayunar con gallopinto (con Salsa Lizano), comer tortilla (de maíz) y tomar café (de tu país), que la fruta la preferimos en un buen batido o en fresco y que el almuerzo es tipo casado o una olla'e carne.
Que es difícil encontrar un café con buen sabor, como al que estás acostumbrada, y que, el que ellos toman en realidad es de otra calidad aunque le llaman bueno.
Por cierto, esos son mis antojos usuales, cada vez que regreso al país.
Que das un beso en la mejilla (derecha) para saludar y otro para despedirte también, así sea que la conversación haya durado tan solo unos segundos. Que "costarricense" es una palabra muy larga y preferimos llamarnos ticos.
Que decir "pura vida" calza en cada frase. Que "chunche" sustituye perfectamente a cualquier palabra. Que estamos ubicados en Centroamérica y que no somos parte ni de Suramérica ni de Norteamérica, y que somos un solo continente (esa se las trae... porque solo los latinoamericanos sabemos que así es).
Y tantas otras cosas más, que solo nosotros entendemos.
Por lo que es natural, creo yo, sentir emoción al encontrarse a otro tico o tica al estar fuera del país. Además, que somos un país pequeño y pues como que no abundan los ticos en otros lugares.
Siempre llevo por fuera de mi mochila algo que diga Costa Rica o Pura Vida, una cinta con los colores patrios. Una camiseta que dice Mae o Tuanis. Una gorra roja que dice CR. Una pedazo de tela de bandera... El asunto es de identidad.
Pues, igual es identificable para una si alguien más luce algo parecido... Y me pasó en Ljubljana, capital de Eslovenia, en mi última tarde en esa bella y miniatura ciudad, cuando caminaba hacia la plaza central del lugar, frente a la iglesia.
Vi a un sujeto que llevaba una bandera tica, bastante visible. Cuando me acerqué le dije, en español, "Yo conozco esa bandera", y él me respondió, ignorando aún que compartíamos nacionalidad, "De Costa Rica".
De inmediato nos presentamos y empezamos a conversar, él era el guía de excursión de un grupo grande de ticos, unos 15 o por ahí, viajando por Europa del Este; que en seguida se fueron acercando. Unos de Heredia, otros de Tibás, otros, como yo, de San José.
Que das un beso en la mejilla (derecha) para saludar y otro para despedirte también, así sea que la conversación haya durado tan solo unos segundos. Que "costarricense" es una palabra muy larga y preferimos llamarnos ticos.
Que decir "pura vida" calza en cada frase. Que "chunche" sustituye perfectamente a cualquier palabra. Que estamos ubicados en Centroamérica y que no somos parte ni de Suramérica ni de Norteamérica, y que somos un solo continente (esa se las trae... porque solo los latinoamericanos sabemos que así es).
Y tantas otras cosas más, que solo nosotros entendemos.
Por lo que es natural, creo yo, sentir emoción al encontrarse a otro tico o tica al estar fuera del país. Además, que somos un país pequeño y pues como que no abundan los ticos en otros lugares.
Siempre llevo por fuera de mi mochila algo que diga Costa Rica o Pura Vida, una cinta con los colores patrios. Una camiseta que dice Mae o Tuanis. Una gorra roja que dice CR. Una pedazo de tela de bandera... El asunto es de identidad.
Pues, igual es identificable para una si alguien más luce algo parecido... Y me pasó en Ljubljana, capital de Eslovenia, en mi última tarde en esa bella y miniatura ciudad, cuando caminaba hacia la plaza central del lugar, frente a la iglesia.
Vi a un sujeto que llevaba una bandera tica, bastante visible. Cuando me acerqué le dije, en español, "Yo conozco esa bandera", y él me respondió, ignorando aún que compartíamos nacionalidad, "De Costa Rica".
De inmediato nos presentamos y empezamos a conversar, él era el guía de excursión de un grupo grande de ticos, unos 15 o por ahí, viajando por Europa del Este; que en seguida se fueron acercando. Unos de Heredia, otros de Tibás, otros, como yo, de San José.
Venían llegando ese día y estarían por varios, de mi parte era mi último día y al día siguiente me marcharía.
Hasta me prestaron la bandera y me tomaron una foto con ella. Me hicieron el día... ¡Al chile!...
¡Pura vida, maes!
Hasta me prestaron la bandera y me tomaron una foto con ella. Me hicieron el día... ¡Al chile!...
¡Pura vida, maes!
Primer experiencia de voluntariado en Suiza
¡Hola!
¿Pura vida?
Soy
dirigente del Grupo Guía y Scout #27 de Curridabat (San José, CR), y
quisiera compartir con ustedes mi experiencia en el Centro Scout
Internacional en Kandersteg, Suiza.
¡Conviértete en Pinkie!
Pinkie es el nombre que recibe el personal o staff de KISC -Kandersteg International Scout Centre (en los Alpes Berneses, Suiza), debido al color fucsia o rosado fuerte que se usa, desde 1989, en su camiseta de uniforme, y viene de pink (en inglés, idioma oficial del Centro).
La vez en el aeropuerto de Moscú
Pasar por el aeropuerto de Moscú, en Rusia, fue muy divertido... Bueno, ahora lo veo así pero en su momento fue literalmente toda una carrera.
Fue durante un viaje de trabajo en el que debía asistir a dos ferias internacionales de negocios, la primera en París, Francia y la siguiente en Cantón, China, con escala en Moscú... ¡Obvio!... Ah no, no suena tan obvio o lógico, sin embargo fue la opción más económica que mi oficina encontró para trasladarme de una actividad a la otra.
Viajaba yo sola de París a Cantón, con escala en Moscú y luego en Beijing. Llevaba mi equipaje de mano y una maleta grande registrada en el compartimento de carga. Mi maleta tuvo otra suerte, por cierto, llegó a Cantón tres días después que yo... pero al menos lo logró y completa. De regreso se volvió a extraviar... pero esa es otra historia.
En mi mente la expectativa de llegar a Moscú era la de poder apreciar a través de mi ventana en el avión, algunas edificaciones tradicionales de la arquitectura rusa con sus cúpulas de colores tan pintorescas, que no he conocido en persona. La realidad fue otra, como suele suceder, y lo único que pude ver fue una súper espesa capa de nubes como nunca había visto antes... era como estar dentro de un algodón sumamente blanco, eso me impresionó. Y no vi absolutamente nada, ni siquiera la pista de aterrizaje.
Otra idea que tenía era la comprar una camiseta que dijera Moscú o algo en ruso, ya que en esa época era uno de mis propios souvenirs favoritos, o un llavero, enviar a casa una tarjeta postal, talvez alguna muñeca Matroshka o algo así. Tampoco sucedió. Nisiquiera tuve tiempo de sacar mi cámara y tomar alguna foto. Nada. Tan solo correr.
El idioma fue innecesario. Yo les hablaba en inglés, lo usual al viajar en lugares diferentes a los hispanoparlantes, y ellos me hacían señas, de alguna forma nos entendimos.
Al salir del avión me hicieron esperar sentada y no comprendí lo que pasaba, traté de preguntar pero me volvieron a sentar. Luego de que revisaron los pases de abordar y pasaportes de quienes bajamos del avión, una señorita me pidió por señas que la siguiera.
Acto seguido corrí detrás de ella de un lado a otro del aeropuerto y me dejó en la fila de mi siguiente vuelo, que ya estaba abordando. Pasamos entre tiendas, restaurantes y lugares que no parecían puertas de abordaje.
Nunca he comprendido como lograba caminar tan rápido y ¡en tacones!, mientras yo trataba de moverme con la misma velocidad pero no lograba seguirle el ritmo y tuve que correr, literalmente. Ella simplemente volteaba a ver para asegurarse de que yo aún estuviera tras ella.
No tuve tiempo ni de ir al baño, ni tomar agua, mucho menos de ver o comprar algo, ninguna camiseta ni Matroshka. Nada. Tan solo correr.