Pasaporte lleno de sellos

"Prefiero un pasaporte lleno de sellos que una casa llena de cosas."


Cada persona decide cómo gastar su dinero, a mí me gusta ahorrarlo para viajar. 

Risas y queso suizo en Gruyer

Hay varios países europeos famosos por sus quesos, como lo son Holanda, Francia, incluso Alemania y por supuesto Suiza, que ya se podrán haber imaginado es de mis favoritas... Si les gusta el queso deben hacer esta ruta.

Y de ella voy a contarles, sobre el día que fui de tour a La Maison du Gruyère, en el pueblo de Gruyères, del distrito de Gruyère (en el cantón de Fribourg) de donde ya podrán saber es el famoso queso suizo Le Gruyère. Y como ven todo es Gruyer y en español suena simplemente sabroso.




Gruyères es un pequeño pueblo rural, dedicado a la producción láctea, de habla mayoritariamente francesa, conserva su estilo medieval y hasta cuenta con un castillo (del siglo XIII) que ahora es un museo, tiene calles adoquinadas que son solo para peatones; es una punto histórico y turístico importante, en especial para los amantes del queso, como yo.

Su escudo es una grulla y de ahí viene su nombre, ya que se deriva de la palabra en francés "grue".

Está situado en una planicie sobre la cima de una colina y tuvimos que caminar en una pequeña pendiente de un poco menos de 100 metros de altura. El lugar está libre de autos casi por completo, así que el parqueo se encuentra en la base de la colina y no queda más que ejercitarse por un rato.

Una vez que llegamos hasta arriba, recorrimos sus calles de adoquines, visitamos el castillo, tomamos muchas fotografías y reímos bastante. Incluso hasta cantamos, inspirados por el azul del cielo, una canción scout que me gusta mucho y que dice "juntos escalemos la montaña altiva, juntos escalemos el picacho azul, solo los halcones sobre nuestra frente, vuelan majestuosos sobre el cielo azul".

En la fábrica de queso hicimos un tour autoguiado con audífonos y audio en muchos idiomas, incluido el español, que cuentan toda la historia sobre la fabricación del queso y se puede ver el proceso a través de ventanales muy grandes, con un orden y limpieza impresionante, he de suponer, normal para los suizos.

Nos dieron unas muestritas, o sea unas pequeñas muestras, de queso, pero yo hubiera preferido el estilo "comer a más no poder", je je.

Y bueno, la mejor anécdota que tengo es en carretera, cuando nuestro guía/chofer, en el camino de ida que tardaba un par de horas, nos iba entreteniendo; hablaba y mostraba los lugares por los que íbamos pasando, y nos estaba advirtiendo de no perder la vista a una capilla tan pequeña que solo podían entrar el sacerdote, el novio y la novia, para bodas sin los suegros (y la broma estuvo divertida) pero cuando ya llegamos al punto de volver a ver hacia la capilla, dijo "a su derecha pueden ver..." y al dirigir nuestra vista al lado derecho no vimos más que pasto verde en una colina.

Al ser una gira en inglés, pensé que podría haberme equivocado de lado, ya que yo suelo confundir las palabras hasta en mi propio idioma, volteé hacia el lado izquierdo y "voilá" ahí estaba, así que les dije a mis acompañantes de habla española en nuestro idioma "es la otra derecha" y bueno apenas logramos ver la miniatura (e indudablemente el chiste era real), pero reímos por un buen rato aunque creo que la mayoría del resto de pasajeros, que eran de habla inglesa, no supieron nunca en dónde estaba la tal iglesia.

Y por éste y tantos otros momentos entre risas de bromas privadas confabuladas de un excelente verano suizo, dedico esta publicación a Migue y Yara.

En el aeropuerto de Dusseldorf



Las historias de aeropuertos pueden ser infinitas, pero algunas siempre entretienen o te hacen reír y es bueno recordarlas o anotarlas para no olvidarlas.

Por esto les cuento esta pequeña anécdota, en el aeropuerto de Dusseldorf, así también podré sonreír al traerla de nuevo a mi memoria.

Hice una pequeña escala en Alemania, en mi paso hacia Suiza, en donde estaría de vacaciones/voluntariado por un mes. Al ingresar a Europa, ya que mi nacionalidad no requiere visa para una estadía de turismo máxima de tres meses (por el momento), mi pasaporte es sellado al inicio y luego pues ya se puede viajar a través del continente, usualmente sin inconvenientes.

Tocó mi turno de pasar a la ventanilla para el control migratorio y revisión de documentos, y el oficial, quien seguramente se entretiene mirando el origen de cada pasaporte y su diseño, me preguntó lo obvio al ver la portada... 

-¿Es usted de Costa Rica? - dijo él.
-Sí, lo soy - dije yo.
-Si es de Costa Rica ¿por qué está de vacaciones aquí? - replicó
-Porque estoy ahí todo el tiempo- le contesté.

Ignoro si mi respuesta fue convincente, en parte me hubiera gustado explicarle que me encantan los Alpes Suizos, pero también comprendía su punto de vista; tal como comentó alguna vez mi hermano, el mayor sueño vacacional de los alemanes (o de muchos de ellos) es visitar Costa Rica.

Mi país es increíble, pensé, agradeciendo el recordatorio. Y aunque es pequeño, tampoco lo he recorrido todo, es cierto... pero algún día lo haré.

Propuesta de matrimonio en Budapest

Conocí Budapest de día... pero me enamoré de noche.

¿Cómo no enamorarse, Budapest?



La ciudad, capital de Hungría, centro del renacimiento, es famosa por mantener su belleza arquitectónica de tiempos de glorias pasadas en eras modernas y con toda razón, cada edificio a cada paso en cualquier dirección, presenta grandes detalles y finos acabados; y contiene varios sitios Patrimonio de la Humanidad.

Nombrada como una de las ciudades más bellas de Europa, es un lugar bonito por todas partes, de modo que te encanta o te aburre; depende de la perspectiva del visitante puede ir del esplendor de cada edificación a la monotonía de creer que todo es lo mismo y repetido.

De día podría tener esa disyuntiva, pero de noche hace palpitar el corazón a otro ritmo, todo es majestuoso y luminoso, grandioso y espectacular, y yo simplemente... me enamoré. Sentía que me faltaba vista (aunque tengo visión perfecta y no requiero lentes), que mis ojos no eran suficientes para ver tanto, que mi cámara no lograba capturar la esencia de lo que en realidad veía. Sentía que el oxígeno recorría de diferente forma y mi cuerpo e inevitablemente me hacía suspirar.

Quería sentir que el tiempo era etéreo, que cada momento fuera eterno para disfrutarlo por siempre y que la sensación que embargaba mi corazón no era otro sino felicidad en su máxima expresión. Me sentía flotando en una nube en lugar de caminar, como sienten los enamorados al compartir el espacio en su propia burbuja, en una noche mágica simplemente por verse uno junto al otro, donde el resto del mundo parece desparecerse sin ni siquiera notarlo.

¿Cómo no enamorarse, Budapest?

El paseo por el borde del gran río Danubio muestra varios puentes, iluminados magistralmente cada uno en su diferente arquitectura, grande, imponente, hermoso. Caminé por varios y todos me encantaron, pero uno lo recordaré siempre como el más especial, el puente "blanco" le llamé. 

Es un puente suspendido, que tiene dos grandes arcos triunfales que sostienen el resto de la estructura colgante. Su nombre húngaro es Széchenyi lánchid (Chain Bridge) y se extiende desde Buda (el lado oeste) hasta Pest (el lado este), siendo el primero de todos y una maravilla de la ingeniería del mundo moderno desde 1849. Es algo así como el famoso puente de Brooklyn en Nueva York, Estados Unidos.

Justo en la primer parte del puente, en el primer arco, el paso peatonal pierde su línea recta y bordea la columna, se quiebra para seguir la misma forma exterior y recuperar luego la rectitud, justo ahí, en el ángulo de una pequeña esquina en medio de la inmensidad del colosal puente que luce de blanco, justo ahí... estaba él, sobre una de sus rodillas, como en los cuentos de hadas, abriendo una pequeña cajita que contenía un gran obsequio, un anillo, que ella recibió con emoción.

No sé sus nombres, ni sus nacionalidades, ni siquiera su idioma, su edad, su historia, solo sé que compartí ese momento tan especial con ellos sin que ni siquiera lo notaran. Pasé junto a ellos en el momento en que ella aceptaba su propuesta con un beso.

¿Cómo no enamorarse, Budapest?

Kandersteg Train Station

La Estación del tren en Kandersteg... una historia centenaria.
Como todo en Suiza se comunica por líneas férreas y a Kandersteg se llega fácilmente en tren y de hecho fue gracias a la estación que el pueblo empezó a existir, hace ya más de 100 años.

Tiene una gran particularidad y es que justo ahí, fue construido un tunel (el Lötschberg) que atraviesa toda una montaña en los Alpes Suizos, que permite el paso del tren desde 1913 entre Kandersteg en el Cantón de Berna y Goppenstein en el Cantón de Valais, con una extensión de más de 14 kilómetros y un recorrido de unos 20 minutos de duración.

He tenido la oportunidad de pasar el túnel en tren, en carro (transportado por un tren) y también caminando sobre la montaña y cada ocasión ha sido especial.

Caminando, con la broma del guía de caminata diciéndonos que había una piedra en la cual se escuchaba el tren al pasar... y todos caímos y nos tenías pegando la oreja en la roca y jurando que sí podíamos oírlo. Al menos luego nos dijo la verdad y todos reímos de la estupidez.

En automóvil no dejó de ser divertido, íbamos a una excursión del otro lado del túnel y al atravesarlo en total oscuridad nos pareció divertido cambiarnos de lugar y sorprender al chofer (quien no participó del juego por razones obvias de seguridad) al aparecer en otro asiento.


La primera vez que estuve en Kandersteg y ví el transporte de autos en vagones abiertos por medio del tren, debo admitir que me causó gran impresión. 







En tren, no una sino dos veces, me quedé dormida y terminé por error del otro lado de la montaña. No tuve más que reír (y la primera vez en realidad casi lloro), bajarme en Brig y buscar el tren de regreso a Kandersteg.

Luego, en un día de primavera cuando ya no había nieve, al salir del túnel y llegar de regreso a Kandersteg, todo lucía blanco y parecía que el invierno (en lugar del verano) había llegado dejando todo como postal navideña del norte. Reímos casi hasta las lágrimas.



Bueno y la construcción del famoso túnel también está muy relacionada con el Centro Scout Internacional Kanderteg (KISC por sus siglas en inglés), en donde estuve trabajando por varias estaciones, ya que el Chalet (edificio) principal de KISC fue originalmente un alojamiento para los trabajadores de la construcción del túnel. Abandonado posteriormente y encontrado por casualidad durante unas vacaciones por el Jefe Scout de Suiza, quien sabía que Baden-Powell estaba en busca de un lugar para establecer un mini-Jamboree permanente... un sueño que hizo realidad en 1923.

De hecho, uno de los límites del área de acampar de KISC es precisamente la línea del tren y en uno de los extremos, justo junto al edificio La Torre, está justo el inicio del citado túnel.



A mi hermano le encantan los trenes, así que en mi último viaje me tomé el tiempo para tomar muchas fotos y algunos pequeños videos de la estación y la carga y descarga de los automóviles que ingresan y salen del transportador del tren para cruzar el túnel.

Esta publicación la dedico a él.

50 Consejos Para Viajar A India Por Primera Vez

Viajar a India

Viajar a India

¿Cómo viajar a India por primera vez? Hay algunas cosas que deberías saber, así que aquí le doy varios consejos.

La vez en Bratislava



Bratislava estaba fuera de mis planes pero fui a dar a ella, así que me pareció lógico conocerla. 


Sucedió por una historia de esas de trenes, que siempre se recuerdan, se cuenta con los mismos detalles luego del viaje, nos hacen reír y que eventualmente se disfrutan. Hela aquí.

Todo empezó en Praga, República Checa, cuando me equivoqué en el vagón del tren para ir Budapest, en Hungría, y mi confusión era obvia (al menos para mí).



Yo iba inicialmente hacia Viena, capital de Austria, solo para luego dirigirme a Budapest, ya que mis pases de tren (EUrail) incluían a República Checa y Austria, por un lado, y Hungría-Croacia-Eslovenia por otro. Al llegar al andén correspondiente en la estación en Praga para tomar el tren hacia Viena, me di cuenta de que era el mismo tren que iba hacia Budapest... y ese era mi destino final, ¡maravilloso!, pensé; olvidando el pequeño detalle por el cual tenía que ir primero a Viena, que si no íbamos a pasar por Eslovaquia, el cual no estaba incluido en mis pases de tren.

El tren era el mismo, evidentemente, pero al sur de la frontera checa se dividía, unos vagones se dirigirían a Viena y otros a Budapest (pasando por Bratislava, capital de Eslovaquia).

Recordé el detalle (de por qué debía ir a Viena) en cuanto pasamos la frontera eslovaca y el encargado de revisar los tiquetes en el tren se acercó a solicitar mi tiquete. Yo le mostré mis dos pases, ya que en ese momento no estaba segura en qué país me encontraba, explicándole que tenía uno para Praga-Viena y otro para Budapest, hacia donde me dirigía.

Siempre recordaré el tono de voz de ese señor, furioso, cuando me repetía una y otra vez: "Ésto es Eslovaquia, no Eslovenia, su pase es para Eslovenia, no Eslovaquia".

Y bueno, me pidió que pagara en efectivo los 12 euros correspondientes al trayecto eslovaco (que no es lo mismo que esloveno, ya lo tengo bien claro) y al no cargar yo suficiente dinero (y no aceptar ellos tarjetas de crédito o débito), pues me bajaron en la siguiente estación, jeje, que era Bratislava.

La idea era que en los 15 minutos que el tren hacia su parada en Bratislava, yo fuera a la máquina de cajero automático en la estación y sacara el dinero para pagar el tiquete como correspondía. Lo cual hice, pero una vez hecho me percaté de que estaba en una ciudad nueva que podría conocer, así que me aseguré del siguiente tren hacia Budapest, el cual era en 3-4 horas, solicité un mapa de la ciudad... que está muy cerca de la estación... y salí a caminar... ¡Bratislava allá voy!


Y claro, compré el tiquete de tren de Bratislava a la frontera con Hungría, que ya sabía que no cubriría mi pase, y me costó solo 8 euros. Luego en la frontera húngara me volvieron a bajar del tren... pero esa es otra historia.

¿Cómo realizar voluntariado internacional en Centros Mundiales?


Si le interesa visitar y, mejor aún, trabajar como voluntario, en un Centro Mundial tanto Guía como Scout, le cuento el paso a paso cómo realizar este sencillo proceso, para voluntariar en un-dos-tres.

Mochila viajera

¿Qué debes empacar para viajar por el mundo? Es una buena pregunta.

Algunas personas prefieren empacar con tiempo anticipado y evitar olvidar algo que luego puede salir caro adquirirlo, a otras les gusta hacerlo rápidamente en la víspera del viaje. Cualquiera que sea su favorita, sin duda es algo inevitable.

Consejos para su vuelo

Consejos para viajar en avión:

Visit Costa Rica






Chateau de Versailles

Il de France, El Palacio de Versalles

Es un lugar hermoso, que vale la pena conocer, en especial sus bellísimos y gigantescos jardines.

Del palacio lo que más me gustó fue el Salón de Espejos.

El tour dentro del palacio es muy lineal, sientes que caminas en línea con una pared a un lado y un desfile de habitaciones del otro lado, y no hay vuelta atrás, simplemente hay que seguir caminando hasta llegar al final; al menos así me sentía yo... pero luego podía ver los jardines desde algunas ventanas y suspiraba pensando "allá voy, ya casi llego, se ve espectacular".

Aunque no me detuve a ver mucho detalle... ¡Disfruté mucho el recorrido!

Consejos antes de viajar

Antes de su viaje: