Cruzar en tren de París a Inglaterra por el túnel del Canal, o viceversa, era uno de los puntos en mi lista de sueños por cumplir antes de morir (no se preocupe que para después de morir tengo otro listado).
Me encontraba viviendo en Suiza y habría sido más económico de hecho volar a Londres pero bueno, no hubiera pasado por el túnel. Además, había una conocida estudiando con una pasantía en París, Mariela, quien vendría a visitarme luego a las montañas de Heidy, así que aproveché hospedarme allá para darle una nueva vuelta a París y ella se antojó de hacer la visita británica, así que fui acompañada.
A pesar de que ya había estado haciendo escala unas dos o tres veces en Londres, era la primera vez que en realidad conocía de verdad la ciudad, en lugar de verla desde el aire y estar en el aeropuerto, aunque hasta con larguísimos tiempos de espera, es un lugar agradable para hacer trasbordo.
Llegué con mucha emoción a abordar el tren en París, aunque no hay nada diferente a otro viaje en tren, sabía que iba por fin a pasar por el Eurotúnel y eso era suficiente satisfacción para mí.
Al empezar el viaje, que tarda más de dos horas en total, ya estaba un poco cansada así que fui presa fácil del sueño en los brazos de Morfeo y me quedé dormida; pero de todas formas no hay nada que mirar, ya que es un túnel, o al menos eso me consuela de haberme dormido, je, je, je.
No me di cuenta en que momento estuvimos bajo el mar o no, supongo que es difícil de notar; los oídos se tapan pero eso me pasa en cualquier túnel así que no lo hubiera notado tampoco de esa forma.
Lo que sé es que entré por París y salí por Londres, por lo que definitivamente ¡estuve en el Eurotúnel! Y bueno, no quedaba más que salir a disfrutar Londres.
Al llegar, lo primero que hicimos, además de pasar nuestro dinero a libras esterlinas (lo cual dolió un poco para ser honesta, ya que estaban algo caras) fue comprar el pase London Pass, que nos permitía viajar en tren y acceder a varios sitios.
Pronto les contaré más de todos esos lugares y la experiencia londinense, incluyendo un Fish & Chips.