Reseña del Vaticano


La Ciudad del Vaticano o Stato della Città del Vaticano, es uno de los lugares más visitados en Roma aunque es una ciudad-estado, un territorio independiente, es lo que llaman un “microestado” y vaya que es micro, no llega a los 1.000 habitantes y son tan solo 44 hectáreas de extensión.

Idioma: italiano y latín. Gentilicio: vaticano. Moneda: Euro. Está ubicada dentro de Roma, Italia.

Es la Santa Sede de la Iglesia Católica. 

Lugares turísticos más importantes: -La Basílica de San Pedro –La Plaza de San Pedro –La Cúpula de la BasílicaLas Grutas Vaticanas –Los Museos del Vaticano, en especial la Capilla Sixtina –Los Jardines del Vaticano
¿Has estado en El Vaticano o te gustaría ir? Entonces sabes que no debes perderte: la Basílica, la Sixtina y comerte un helado en la Plaza de San Pedro.

El día en que me perdí en El Vaticano


Según yo, solo nos separamos ... según Pili y Vic, me perdieron ... que problema. Lo siento mucho amigas.

Me sentía muy emocionada por ir a conocer la archifamosa Capilla Sixtina, no tenía la más mínima idea de cómo era y tenía muchas ganas de resolverlo.

Al ir terminando de ver las tumbas de los Papas salí primero y esperé a que aparecieran las chicas, pero por alguna razón que desconozco (aún no lo sé) salía mucha gente pero ellas no; me devolví un poco y noté que ya venían, así que seguí caminando ... hacia la entrada de los Museos del Vaticano, nuestra siguiente visita, para conocer al fin la Sixtina.

Sabía que la fila para ingresar era grande, un par de días atrás habíamos estado por acá y era muy larga, hoy al llegar estaba similar, así que me apresuré a hacer fila, para "guardar" el espacio mientras llegaban Pili y Vic ... pero nunca aparecieron.

Efectivamente había muchísima gente haciendo fila, me incorporé y de inmediato llegó mucha más gente detrás de mí. Constantemente examinaba a las personas hacia atrás, para verificar si mis amigas estaban por ahí, pero nada. Pensé en esperar un poco ... "tienen que llegar" me decía a mi misma ... "la Capilla Sixtina era nuestra siguiente visita", yo suponía que llegarían eventualmente, he ahí mi error.

De pronto ya había demasiadas personas detrás y yo no quería perder mi lugar, así que me quedé ahí, suponía que como ellas eran dos, en algún momento una quedaría al final de la fila y la otra iría a buscarme (y me encontraría más adelante) pero de nuevo, suponer fue un error. Hice fila por más de una hora y nunca llegaron, ingresé y no quise distraerme, busqué directamente lo que desea ver, la Capilla Sixtina, ahí las esperaría, de nuevo supuse que llegarían y de nuevo me equivoqué.

Contemplé con gran asombro el famoso techo de la Capilla, bastante incómodo debo confesar, mi cuello reclamaba constantemente la posición, caminé por todas partes y al final busqué un asiento (algo difícil de encontrar) para seguir observando la obra maestra de Miguel Ángel, estaba ubicada cerca de la puerta de salida, para asegurarme de en algún momento ver a Vic o a Pili, pero no fue así.

El lugar estaba repleto de gente, caminando y mirando hacia arriba, intentando tomar fotos mientras un guarda que circulaba el lugar decía repetidamente "No foto ... no foto", por un momento me recordó la visita a la Mona Lisa en el Museo de Louvre.

Y bueno, de todas formas no es posible tomar una sola foto, es demasiado grande, cuatro paredes y un super techo, es verdaderamente increíble, además cada pintura tiene una historia que contar.

Creo que es mejor verlo primero en Internet, Vaticano.va tiene una buena sección con vista 360° de la Capilla, para luego poder comprender cada parte, al verlo con sus propios ojos.

Estuve por ahí casi una hora, mis amigas mientras tanto, según me enteré después, me daban por perdida y me buscaban con algo de desesperación. Intentaron hablar con la Guardia Suiza pero les fue un poco difícil, ya que hablaban alemán suizo. La policía no hace nada si no han pasado más de 24 horas de la desaparición. Hasta se subieron en el Obelisco, centro de la Plaza de San Pedro. Su mayor preocupación era que al día siguiente debíamos partir hacia Barcelona ... ¿y si yo no aparecía? ... ¿qué iban a hacer?


Cosa curiosa ... que yo cargaba nuestro almuerzo ese día, en buena hora para mi; luego de la Sixtina me senté por ahí, cerca de la pasada entre la Basílica y la acera que lleva a la entrada de los Museos, en caso de verlas ... pero no fue el caso.

Nos encontramos hasta ya el final de la noche en la habitación del hostel ... grato momento ... amargo rato. No tenía idea que les había causado tanto dolor, lo importante fue que estábamos de nuevo juntas, con la promesa de no volver a separarnos durante nuestros recorridos.

¡Tamaño susto!

Las Grutas Vaticanas


Luego de subir a la Cúpula de la Basílica, continuamos la visita hacia abajo ... al sótano ... a las grutas donde se encuentran las tumbas de los Papas y algunos santos.

El lugar que más destaca es el sepulcro del apóstol Pedro (obviamente, digo, es Su basílica) y me parece tan increíble poder ver su tumba, sentir en carne propia el simbolismo de su legado; es decir, Pedro vivió hace  2.000 años ... junto al mismo Jesús, quien le encargó su iglesia y con ella también la evangelización del mundo. Y literalmente se edificó la Iglesia sobre esa "piedra".

Y ahí estábamos nosotras ... de pie frente a su tumba, admirándola, presenciándola ... es admirable para cualquiera pero en especial para nosotras como creyentes católicas.

Aún así, la mayor emotividad se la llevó Juan Pablo II, aunque no nos quedaron fotos de su ataúd, que en ese momento estaba expuesto (cerrado pero expuesto, ahora ya tiene su tumba), si nos quedó su recuerdo.

Y lo recuerdo como un momento muy especial, para mí tenía una "sensación" diferente a todas las demás tumbas, sentí algo así como una especie de aura ante su presencia, mis lágrimas quisieron brotar sin ninguna razón aparente, la gente se arrodillaba en su presencia y tomaban con gran paciencia su adoración.

Fue un Papa con mucho carisma que se ganó la simpatía de mucha gente en todo el mundo y yo lo tengo muy presente, ya que además de ser hasta su muerte el único Papa que para mí había existido, también lo recuerdo con gran emotividad en la visita que hizo a mi país, Costa Rica, en 1983, cuando yo era niña.

Si vas al Vaticano, no te pierdas la visita a las grutas.

La Cúpula de la Basílica de San Pedro



Después de recorrer los souvenirs de la Basílica ... en busca de una medalla de la Virgen de Loreto ... que no apareció, subimos a la Cúpula para admirar el panorama de la ciudad de Roma y también para observar de cerca la pintura del techo y las gigantescas letras que indican "tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia".

Nuestra elección por supuesto que fue la más económica (obvio para nosotras), ya en nuestra tercer semana de viaje el dinero se guardaba con más cautela; así que ascendimos caminando los más de 130 metros hacia la Cúpula y debo decir que Pili se arrepentirá el resto de la vida por esa decisión. El elevador en todo caso te lleva al primer mirador y a partir de ahí todo el mundo sube caminando, que el trayecto que más afectó a mi querida amiga.


Al principio fue muy divertido, el ascenso se realiza en una espiral completa, que cada vez se hace más pequeña al punto de ser algo diminuta, pero vale la pena. Como muchas cosas en la vida ... te las pierdes ... o sufres un poquito antes de ¡apreciarlas!


Al llegar al primer mirador se descansa un poco, hay otra tienda con más medallitas, santos, rosarios, postales y muchas cosas, excepto la Virgen de Loreto, que no logro encontrar en ninguna clase de souvenir. La vista es hermosa, los Jardínes del Vaticano muy bellos ...


... y especialmente hacia la inmensidad de la Plaza de San Pedro justo frente a la Basílica con el Obelisco en el centro, la gente que transita en el lugar se ve diminuta (no me imagino como se ve ésto cuando se llena de gente en misas y ocasiones especiales); se aprecia la Vía de la Reconciliación hasta el inmenso Castillo San´t Angelo, un par de puentes sobre el Tever y la ciudad de Roma ... un panorama para dejarnos sin aliento.


La parte más divertida fue ya casi al final, cuando la pared se vuelve curva, es obvio que estábamos cerca; lo normal que es una pared mantenga una línea totalmente vertical, pero acá la línea es cóncava y el piso es inclinado, lo más divertido fue que debíamos apoyarnos con las manos en los lados. Para guardar el momento en la memoria le pedí a las chicas que me tomaran una foto y tuve que sostener mi brazo en la pared, si me soltaba ... me caía. Fue buenísimo, nos reímos un montón tan solo tratando de tomar la foto.




Al llegar al final del recorrido puedes ver de cerca la pintura de la Cúpula, muy de cerca, tanto que no nos fue posible sacar una foto. Se camina en el círculo justo en la circunferencia de la misma estructura. Algo bueno es que no se puede ver hacia abajo (hacia el piso de la iglesia), solo hacia la arriba, y desde abajo ni siquiera se nota que anda gente caminando allá arriba.



Y ... todo lo que sube ... tiene que ¡bajar! ... de nuevo caminando ... 537 escalones (vale más que no lo sabíamos antes). Esta parte fue algo trágico para Pili, ya que no soportaba más vueltas y empezaba a sentirse mal, así que todo el recorrido de regreso lo hizo con los ojos cerrados, con su mano sobre mi hombro. Una experiencia definitivamente memorable, de esas pequeñas cosas que suceden en los viajes, que no las olvidas. Por su parte Vic no perdió su sonrisa.

Basílica de San Pedro

Lo primero en el Vaticano, luego de comprar souvenirs en la Via Ottaviano, fue ingresar a la Basílica de San Pedro, la máxima iglesia en la religión católica; sus dimensiones son muy impresionantes, su fachada mide casi 200 metros de largo y me encantó el simple hecho de admirarla.

Ingresamos y por dentro da la misma sensación de dimensiones gigantes, muy alto el techo, grandes columnas, inmensos altares, muchas capillas ... realmente imponente. Personalmente solo la había visto por televisión, en actividades propias del catolicismo cuando el Papa realiza alguna celebración importante, por lo que la cantidad de personas es increíble y realmente no se aprecia tanto la estructura. Es ¡impresionante!.

Encontramos un hermoso mosaico que representa el pasaje bíblico en donde Jesús le dice a Pedro que le entrega las llaves del reino de Dios (Mt 16:18-19); razón por la cual la basílica lleva su nombre, fue el primer Papa y heredó la sucesión apostólica.

La cúpula, una de las mayores atracciones de la basílica, es muy bonita, también gigantesca y tiene un hueco en el centro (como El Panteón).

Diseñada por el famoso Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simon, o sea, Miguel Ángel, y tiene un bello 'fresco' pintado por él.

Está sobre el Altar Mayor (donde se encuentra la tumba de San Pedro) y al mirarla parece que flota en el aire. Por sus dimensiones es todo un reto tomarle una foto y aún así es difícil que la imagen fotográfica muestre su esplendor tal como lo apreciaba nuestra vista.

Visitamos otra de las mayores atracciones, también obra de Miguel Ángel, la escultura de La Piedad, pieza cincelada en mármol ¡de 1499!, mide 1.74 mt por 1.95 mt, ¡más alta que yo!. Es una obra de "bulto redondo" o sea que se ve desde todos los ángulos, aunque está tras un vidrio, solo es posible verla de frente. Simboliza a la Virgen María recibiendo el cuerpo de Jesús al ser bajado de la cruz, tras su muerte.
En 1972 alguien golpeó a martillazos la cara de la virgen (como que estaba loco de remate), razón por la cual ahora está tras un vidrio de seguridad. Es considerada una de las más grandes obras de arte.

La Guardia Suiza del Vaticano

Soy católica, por lo que además de cultural, la visita al Vaticano era muy importante por cuestiones de fe, ya que es la Santa Sede, máxima institución, y su jefe de estado, Benedicto XVI, Papa de la Iglesia Católica.

Lo primero que nos llamó la atención al llegar fueron los guardias de seguridad: la Guardia Suiza Pontificia, en su usual uniforme, muy derechitos, lucen muy jóvenes; usualmente los turistas se toman fotos con ellos, en nuestro caso: a ellos.

Es curioso, son de Suiza, y me encanta ese país aunque nunca lo he visitado, sueño algún día poder ir, comer chocolate en grandes cantidades y también mucho queso, ¡que delicia!, conocer Los Alpes y cantar como Heidi. ¡Muy bueno!

Según la historia en el sitio web del Vaticano, todo inicia en 1.506 cuando los soldados helvéticos, famosos por su coraje, son invitados por el Papa (Julio II); llegaron 150 soldados, en Enero de ese año, ingresando por la Porta del Popolo (nosotras estuvimos ahí) y recibieron la bendición del Papa.

Y desde entonces se encargan de la seguridad interior y defensa militar del Vaticano, la cual es su función exclusiva y son el ejército más pequeño del mundo. Cada vez que el Santo Padre pasa frente a ellos, le saludan de rodillas en señal de respeto y honor.

Una de las defensas más importantes que han realizado fue durante la época del "Saqueo de Roma", en 1.527, cuando se enfrentaron a soldados alemanes y españoles, lucharon ante la Basílica retrocediendo hasta los escalones del Altar Mayor, de los 150 guardas suizos solo sobrevivieron 42, quienes lograron proteger al Papa y escapar por un callejón hacia el Castillo de Sant'Angelo (también estuvimos ahí).

Su uniforme actual, azul, amarillo y rojo con cuello blanco, es usado desde principios del siglo pasado, algunos dicen que fue inspirado en los 'frescos' de Raffaello, quien pintó algunos guardias uniformados, otros afirman que lo diseñó el mismo Miguel Angel. No lo sé, el asunto es que visten bien curioso.

Los requisitos para ser parte de la Guardia Suiza Pontificia son pocos, según el sitio vatican.va y acá te cuento como cultura general o curiosidad general, como quieras verlo:
-ser ciudadano suizo
-ser fiel Católico Romano
-tener historial de buena ética moral
-haber asistido a la escuela militar suiza
-tener entre 19 y 30 años
-medir al menos 174 cm de estatura
-no estar casado
-tener un diploma profesional o título de secundaria

Ya comprendo porque lucen jóvenes, son ¡ventiañeros!, y me llama la atención que en lugar de decir "soltero" diga "no casado", ¿habrá alguna diferencia?.