Disneyworld, Orlando, Florida. Setiembre 2010
Mi primera vez en parques Disney, a los treinta y tantos, fue una gran experiencia, como dicen por ahí "cualquier edad es buena" cuando se trata de diversión y un lugar mágico como éste.
Y el primer parque que conocí en Disney fue Animal Kingdom, con su safari y bellos animales africanos a tan corta distancia, ambientación fabulosa que transporta rápidamente la imaginación para llenar vívidamente cada momento.
La increíble sensación de la montaña rusa "Everest" con su misterio del hombre yeti y una altura de escalofrío, impactante de lejos, emocionante de cerca, tan cerca como estar dentro de la montaña y de pronto saltar al vacío de una caída vertical acelerada.
Diversión y entretenimiento a cada instante, una experiencia en bote de donde difícilmente se logra salir invicto, es decir, sin mojarse de pies a cabeza, por suerte el clima ayudaba para secarse rápidamente sin recurrir a las máquinas para tales efectos, ¿para quitarle experiencia a la aventura?
Todo luce correctamente en su lugar, aseado y seguro, y algo que llama la atención, los trabajadores no dejan de sonreír, incluso al final del día.
Es un lugar hecho para gastar dinero, todo lo que quieras comprar o alquilar, aún así puede salir adelante con el solo hecho de pagar el ingreso y transporte, llevar tu propia comida y agua recargable.
Fuimos en una época relativamente tranquila, aún así la cantidad de gente es impresionante y no me imagino cómo es la cosa cuando están "full", hicimos filas de 15-20 minutos cuanto máximo.
Para un excelente inicio (a nuestra llegada un avión escribía en el cielo "Jesus loves you"), un final con broche de oro, ver el cierre del Desfile de Personajes con Mickey, Pluto y Donald.
Una experiencia para vivir y repetir... a cualquier edad.