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Descubrimos una pizzería al pasar una calle inclinada que daba a los Foros Imperiales, vendían el pedazo de pizza en buen precio, 1.5 € Margarita (de queso y tomate) mi favorita; Pili se aventuró con una de papitas fritas con queso, entendiste bien, una pizza de papas fritas ... ¡buenísimo! Por cierto, era pizza cuadrada, ¡curioso! Hasta le tomamos fotos, solo que posteriormente en Barcelona perdimos una cámara (robada, en realidad, ya te contaré) y bueno, tendremos que volver a Roma para tomar de nuevo la foto (lo digo en serio). El lugar tenía un poco (muy poco) de espacio para sentarse, así que lo aprovechamos (y también para ir al baño).
Luego de la parada del almuerzo, seguimos caminando, por la Vía de los Foros Imperiales,
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Como decía la presentación que vimos en la mañana en el Time Elevator: “en Roma el presente es la clave del pasado y el pasado siempre está presente”. Totalmente verídico.
Conocí de día al señor Coliseo y confirmé mi encanto hacia él ... inevitablemente ... ¡me trastorna!
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Caminamos largo rato por las ruinas: la Vía Curia, el Templo de Saturno, la Plaza Francesa Romana, el Arco de Tito, la Plaza Venere, la Vía Sacra, el Arco de Costantino, el Palatino, el Arco de Giano ... increíble ... tan tan antiguos ... y aún están ahí. ¡Ah! y también nos encontramos con Eneco, el español que conocimos en el hostel, lo vimos en las ruinas, entre tanta gente, fue curioso verlo.
Luego llegamos al Teatro Marcello,
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hasta que llegamos a Trastevere, del otro lado del río Tevere (eso significa, ji, ji).
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Quisiera decir que es la mejor pasta que he probado en mi vida y que valió totalmente la pena, pero no fue así, sí tenía buen sabor, sin embargo la mejor pasta que he probado sigue siendo en La Mela, en Little Italy, New York. En fin, cenamos formalmente sentaditas en una mesa dentro del restaurante y salimos de Trastevere, de nuevo caminando.
De regreso ya el metro funcionaba (después de caminar todo el día, literalmente) así que lo tomamos en cuanto nos fue posible, ya que aún así estábamos algo lejos de alguna estación. Al llegar a la Stazione Termini debíamos salir hacia Galleria Termini pero fuimos a dar a Piazza dei Cinquecento (la Plaza del Cincentenario) ... ignoramos cómo ... y caminamos (aún más) hacia el hostel; por último al Internet, a gastar nuestros 15 minutos gratis, sin novedad, no me encontré con nadie conectado.
El muchacho encargado del Internet habla varios idiomas, creemos que es árabe (o de por esos lares) y al que ingresa le solicita su pasaporte, ayer nos dijo algunas palabras en español; ahora que volvíamos parece recordarnos: "las costarriqueñas" y no logra entendernos que lo correcto es "costarricenses", supongo que el fondo nos confunde con Puerto Rico, como es usual, lamentablemente.