De Roma a Barcelona

Martes 10 de Octubre 2006

Sexto día en Roma ... Este día simplemente nos despedíamos de Italia ... ¡ah! y de la comida italiana, pizza y gelato, ¡lo mejor de lo mejor!. Vamos de salida al aeropuerto Fiumicino para tomar nuestro vuelo hacia Barcelona.

Conocer la ciudad romana y ver aún evidencia de sus días de gloria, ha sido toda una grata experiencia y quedo con el sueño de volver, confío en que algún día así lo haré. La pasamos muy bien, a nuestra manera ... lo disfrutamos al máximo; la emoción nos invade al recordarlo, momentos realmente únicos, como para mi lo fue el conocer al imponente señor Coliseo.

Luego del desayuno nos dirigimos a la estación Termini y caminamos mucho, ¡mucho!, ¡más de la cuenta!, como para no olvidar todo lo que anduvimos en Roma. Resulta que, ya sabíamos, que la estación de la cual salía el tren hacia el aeropuerto no era Termini, sino Piramide, así que teníamos presente que en Termini abordábamos el metro y nos bajábamos en Piramide; sin embargo al llegar a la estación Termini observamos los rótulos que decían "Aeropuerto" y los seguimos. ¡Error!

Creo que en los 5 días anteriores que circulamos todos y cada uno de los días en la Termini (y salíamos siempre por la calle equivocada, a la Plaza "Chincuechento") no nos fijamos que habían tantos rótulos indicando "Aeropuerto", seguramente porque no lo necesitábamos, hasta ahora.

Al final, los rótulos eran un largo, muy muy largo pasillo subterráneo, que comunica la Termini con la estación de Piramide, es decir, el recorrido que íbamos a realizar en metro ... lo hicimos ¡caminando! ... ¡con las maletas!, cuando nos percatamos ya era demasiado tarde, y no podíamos atrasarnos, ya que no queríamos tener problemas con el vuelo. Ya en Piramide, tomamos el tren, Leonardo Express, hacia el aeropuerto.

Desde que llegamos, a Francia, hemos estado trasladándonos de ciudad a ciudad en tren, así que era la primera vez que íbamos en avión, sería diferente y divertido, aunque me tocaba viajar sola (en diferente asiento al menos, lejos de Pili y Vic, o hasta en diferente vuelo, lo cual nos ponía un poco nerviosas), ya sabrás la razón ... Al llegar al aeropuerto lo primero era buscar el 'counter' de Iberia (bueno no, lo primero era buscar un cochecito para cargar las maletas, y luego el counter), ya que mi tiquete aéreo era sin costo (bueno, pagaba solo los impuestos de aeropuerto, gracias a Dios, en total me ahorré más de 1.000 Euros) y debían darme un trato diferente a las chicas, que llevaban tiquete normal (¡normalmente nada barato! para nuestros bolsillos), es decir, yo debía esperar a que se llenara el avión con sus pasajeros normales y si quedaba espacio, entonces si podía abordar, y si no, pues no (debía esperar otro vuelo); esa era otra buena razón para no llevar maleta, solo mi salveque, que pasa como equipaje de mano, así si me quedo, queda conmigo.

Me trataron muy bien en la aerolínea, aunque la muchacha no comprendía bien mi inglés ni la razón de mi tiquete "especial" ... de Costa Rica (¿dónde será eso? ... ¿Centroamérica? ... quedó igual) y de referencia por otra línea aérea (¿Cómo se llama?, ¿¡ah!, cómo?, si, ¡es de aviones!) por razones de relación laboral (¿yo, piloto?, no, mi esposo ... bueno técnicamente) ... en fin ... no me hicieron esperar mucho, hizo una llamada explicando mi situación y aunque no comprendí mucho (hablaba en italiano), me dio mi pase de abordar, solo que me tocó el último asiento en la última fila. Al menos íbamos en el mismo vuelo, para no perdernos.

¡España allá vamos! ... nuestra última etapa del viaje. ¡¡¡Que emoción!!!