Ruta Ottaviano

Sábado 7 de Octubre 2006

Tercer día en Roma.

Aprovechamos el metro (que ayer no funcionaba, ya hoy si) y de primera entrada fuimos a dar a la estación de 'Ottaviano', la vía directa a la Città del Vaticano ... una ciudad dentro de otra ... enclavada en Roma ... simpático ... y poco común en el mundo entero.

Recorrimos la Vía hasta Piazza Risorgimento, curioseando todas las ventas de sourvenirs, buscando un "SPQR" para Tirso; proseguimos en la Via di Porta Angelica, con parte de la larga muralla, que rodea la Ciudad del Vaticano, hasta llegar a la Piazza Pio XII.

Junto a la muralla había mucha gente haciendo fila, según nos enteramos era para ver los Museos del Vaticano ... oh my gosh! ... vamos a durar como un par de horas para poder entrar, cuando regresemos a hacerlo.

Caminamos por la Plaza de San Pedro (otro día volveremos para ingresar a la Basílica, la Cúpula y la Capilla Sixtina, ya te contaré) y nos dirigimos por la Via della Conciliazione hasta el Castel Sant'Angel, un castillo inmenso y redondo con una pequeña iglesia en la cúpula, mausoleo del Emperador Adriam (139 D.C.) que ahora es un museo.

De nuevo hoy nos cruzamos en el camino con el español que conocimos en el hostel, justo en un descanso, sobre una banca en la Vía de la Conciliación; al parecer Roma es muy pequeña, je, je.

También observamos el Palazzo di Giustizia, la Piazza dei Tribunali, el Ponte Umberto I, el Ponte Sant'Angelo (frente al castillo con el mismo nombre, que acabo de mencionar) y el Ponte Vittorio Emanuelle II. Hay muchos puentes por acá, el río Tevere corta la ciudad en 2 partes y dentro de mi mapa turístico hay 13 puentes, los vimos casi todos aunque atravesamos solo un par.

Encontramos por ahí alguna gente que trabaja de "estatua", como los "soldados" pero no se mueven. Es super divertido, están muy quietos que casi no parecen personas reales y tienen un tarro donde se les deposita dinero, algunos con cada moneda o billete que cae, cambian de pose o hacen algún pequeño movimiento. Particularmente me gustó uno que estaba vestido como de sarcófago egipcio, todo en color dorado y era muy bueno porque todo su vestido era una sola pieza que parecía dura, pero al depositarle dinero se inclinaba como haciendo una reverencia y entonces su vestuario se flexionaba y lucía suave. Pili me tomó una foto y hasta lo grabó mientras reverenciaba ... fue demasiado entretenido.

Regresamos por el mismo camino hasta llegar de nuevo al metro, no sin antes, sentarnos por ahí ... en una banca ... con vista al río, y saborear nuestros sandwichs de almuerzo (estilo supermercado, con las "3 B": bueno, bonito y barato).

¡Ahhhh!! que bien se siente estar en Roma ... uno de mis sueños hecho realidad.