Última noche en París

¡Me enamoré en París! ... Algunos llaman a París "la ciudad del amor" y he de reconocer que me enamoré en París ... de un auto ... demasiado 'cute' (divino) y diminuto ... un Smart ... ¡yo quiero uno!, en color rojo (mi color favorito) y con el tamaño que tienen calculamos si lo partíamos en 3, lo podíamos traer en la maleta, de hecho todas queríamos uno. No los habíamos visto antes en nuestro país, así que nos tomamos una foto, Pili y yo con un ¡Smart!, ¡rojo!!, me causó mucha felicidad, bueno, ya lo decidí, algún día lo tendré. Tuvimos un intento fallido anterior, ya que los dueños llegaron antes de lograr la foto, ji, ji, ji, todo por tratar de verle la marca, pero no dice absolutamente nada más que 'Smart'.

Ya en la noche (para nosotros, “la tarde” para los franceses), 7pm, nos fuimos al hostel para retirar nuestro equipaje y dirigirnos a la estación Paris-Bercy, donde tomaríamos el tren a Milano Centrale, rumbo a Venecia. No si antes compramos una hamburguesa, en Quick de 0.95€ y una milkshake, muy económico y de buen sabor.

Antes de salir, alquilamos en el hostel una computadora que funcionaba con moneditas de un euro, para conectar a Internet, me pareció muy curioso porque en mi país no había visto una compu de ese estilo; ya que debía enviar una nota al siguiente hostel, para confirmar nuestra hora de llegada (las reservas estaban a mi nombre), resultó bastante lenta la conexión y bastante cara, 1€ por 10 minutos, ya cuando logré ingresar a mi email, localizar el correo correspondiente y redactar un breve mensaje, debí colocar otra moneda, al final, quedaba algo de tiempo por lo que intenté escribirle a mi querido novio (en ese momento) pero el mensaje más bien quedó como telegrama (“en París todo bien”), el tiempo se fue y no pude ni escribir el punto final, tuve que darle click a 'enviar' en los últimos 3 segundos. Fue gracioso ya que después él comentó que su primer pensamiento fue que en Francia los mensajes se cobraban por letra, ja,ja,ja.