Ya en la noche (para nosotros, “la tarde” para los franceses), 7pm, nos fuimos al hostel para retirar nuestro equipaje y dirigirnos a la estación Paris-Bercy, donde tomaríamos el tren a Milano Centrale, rumbo a Venecia. No si antes compramos una hamburguesa, en Quick de 0.95€ y una milkshake, muy económico y de buen sabor.
Antes de salir, alquilamos en el hostel una computadora que funcionaba con moneditas de un euro, para conectar a Internet, me pareció muy curioso porque en mi país no había visto una compu de ese estilo; ya que debía enviar una nota al siguiente hostel, para confirmar nuestra hora de llegada (las reservas estaban a mi nombre), resultó bastante lenta la conexión y bastante cara, 1€ por 10 minutos, ya cuando logré ingresar a mi email, localizar el correo correspondiente y redactar un breve mensaje, debí colocar otra moneda, al final, quedaba algo de tiempo por lo que intenté escribirle a mi querido novio (en ese momento) pero el mensaje más bien quedó como telegrama (“en París todo bien”), el tiempo se fue y no pude ni escribir el punto final, tuve que darle click a 'enviar' en los últimos 3 segundos. Fue gracioso ya que después él comentó que su primer pensamiento fue que en Francia los mensajes se cobraban por letra, ja,ja,ja.