Recorriendo París en metro


Luego de visitar la Torre y Notre Dam, hicimos un pequeño tour por algunos sitios importantes que deseábamos fotografiar por fuera sin ingresar a nada, un recorrido rápido.

De hecho, habíamos pensado hacer un Open-tour de monumentos en un bus turístico de Les Cars Rouges, de esos en color rojo, que en el 2º piso no tienen techo, solo para ir tomando fotos, pero la multa que tuvimos a la llegada nos quitó las ganas y el presupuesto para pagarlo. Y de ahí la idea de hacer un tour en metro.

Subíamos y bajábamos constantemente, con tan buena suerte que Vic se encontró 10€ en el piso, frente a la venta de tiquetes del metro, y lo usamos para comprar un “tike” de ese precio, que valía por 10 viajes (¡muy bueno! algo recuperamos del dinero perdido en nuestra multa de llegada). 

Estuvimos en La Bastilla, el Teatro de la Ópera y el Hotel de Los Inválidos, que en algún tiempo fue el Hospital de Inválidos, por eso el nombre tan raro, creo.

Y las súper reconocidas galerías La Fayette, donde en cuestión de 5 segundos nos mojamos en un aguacero que salió de la nada y cayó tan fuerte que en lo que logramos cruzar la calle y sacar las capas ya estábamos empapadas. Fue curioso y algo nuevo para nosotras, siendo de un país en donde llueve constantemente, se llega a conocer las señales de lluvia pero acá fue diferente, nos llegó sin advertencia... Y así como llegó, se fue, en un dos por tres.



Luego tuvimos un entretenido ataque de risa, digno de recordar por siempre, al menos para nosotras, tan fuerte fue que duró al menos una media hora, es el incidente que nombramos y seguimos llamando, el de la “estatua del león”, donde casi me caigo por tomar una foto, Pili y Vic se divirtieron mucho y yo me pegué un buen susto, ya que la altura era considerable, todas nos reímos hasta llorar, literalmente lloramos de la risa. 

Ellas estaban tratando de tomar una foto a la estatua del león, grande e imponente, que se veía al mirar hacia arriba justo en una salida del metro; yo pensé en colarme en su foto y aparecer junto al león, así que caminé por detrás y me subí junto al león, para asomarme, pero al llegar arriba me percaté que el panorama hacia abajo era otro, con una perspectiva más profunda en la distancia hasta el piso. 

Se veían las gradas hacia el metro y el efecto visual que me causó, como de vértigo, me hizo retroceder, con lo cual caí de pie sobre una banca donde tampoco pude controlar mi equilibrio y regresé a la acera. Por su parte ellas, aún frente a la estatua, tan solo de pronto me observaron y luego de pronto me desaparecí; al principio se asustaron y luego vieron que yo estaba bien, pero como casi me caigo en tres ocasiones consecutivas, entre susto y risa no podía explicarles lo que había pasado.

Ese es el famoso suceso en la estatua del león.