Teatro Nacional de Costa Rica


La visita al Teatro Nacional se aprecia mejor con el conocimiento y buena disposición de un guía profesional, por lo que esta vez me uní a un recorrido guiado. No cualquiera, sino el día en que estaba en exhibición el telón original del escenario, que data de 120 años.



Empezamos con la observación de las magníficas estatuas que adornan el pequeño vestíbulo en la base de las escalinatas simétricas. Todas mujeres, ¿lo han notado? Es por la representación de las bellas artes. El cuerpo femenino es símbolo de belleza según la antigüedad griega y su mitología, adoptado el concepto por los europeos y de ahí a nosotros en el "Nuevo Mundo".


Esculturas

Todas las obras requeridas en la construcción del Teatro, como esculturas, pinturas y ornamentos, fueron realizados en Europa, mayor fuente de arte occidental de la época, especialmente en Francia e Italia. Por lo que no hay ningún fresco. La construcción llevó varios años, desde 1890 hasta que fue inaugurado en 1897.


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Pasamos luego a probar las butacas de luneta, frente al escenario, mientras disfrutamos los asientos, tomamos fotografías del bello techo, con una pintura muy amplia, hecha en varios lienzos y una gran lámpara justo en el centro. Los palcos lucen muy dorados por un fino recubrimiento de oro. A los lados del escenario de observan palcos "secretos", que actualmente albergan el sistema de sonido pero en sus orígenes se destinaban a las viudas, que debían guardar luto por un año y no debían ser vistas en espectáculos pero aún así podían entrar tarde y salir antes, sin ser observadas; puras apariencias, otro rasgo típico de la época.


Luneta

El guía nos cuenta que el piso es totalmente ajustable y por eso los asientos no están fijos sino que son removibles, ya que es posible subir su nivel al del escenario, para ser utilizado como un gran salón elegante, para ocasiones especiales, de uso discrecional del Estado.

Nos muestra un vídeo en donde se observa el mecanismo bajo el piso, que hace posible el movimiento, un engranaje manual, como pocos en el mundo que se conserven en uso. Requiere de más de 20 personas empujando gigantes palancas por aproximadamente 30 minutos. ¡Increíble! El guía golpea el suelo con el pie, no para asustarnos aunque sí lo hizo, sino para decirnos que por tales situaciones el piso suena hueco.

Pasamos al escenario, en cuyo suelo se exhibe el telón original del Teatro. Razón principal de la visita. Según nos explica el guía, estos telones rara vez son conservados. Hace mucho que éste no se pone fuera del lugar de su custodia, este año se le harán trabajos de reparación para el estelar ciento-veinteavo aniversario.

Telón original de 1897

Regresamos a las escalinatas que engalanan el acceso al segundo nivel y nuestra visita continúa hacia allá. Nos detenemos en el descanso de la escalera, para admirar las pinturas y relieves que la adornan. Excelentes lámparas. Frutas y flores ornamentales, representando el ambiente tropical de nuestra ubicación geográfica. Un par de leviatanes, alegorismos de los dos océanos que bañan nuestras costas. 

Pinturas en las escalinatas

Escalinatas


Leviatanes

Bellas Artes, la Industria y el Comercio

Terminamos de subir para apreciar la obra maestra más simbólica del Teatro, la pintura en el cielorraso, un tríptico con una representación de los mayores productos de exportación de aquellos tiempos (y muchos otros más) café y banano. Una alegoría muy bien realizada, por europeos que nunca habían pisado América, sería algo así como un retrato hablado, mucho más económico que enviar a los artistas a suelo costarricense.


Alegoría al Café y Banano


Por eso se perdonan los errores, ignorados a simple vista. Un racimo de banano que cuelga al revés, posición en la cual sería imposible de sostener y mantener su forma. Campesinas de piel blanca, sin rastro de una vida al sol. Arbustos de café demasiado pequeños. Un cafetal junto a la arena de la playa.

La pintura central es mucho más reconocida aún por haber estado en el billete de ¢5 a finales de los años 60 y hasta mediados de los 80, cuando emitir el billete era más caro que su propio valor de 5 colones. Un hermoso billete, ahora pieza de colección.


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Pasamos luego al gran salón del segundo nivel (el Foyer), espacioso y bellamente decorado, espejos gigantes, adornos dorados, con pinturas en el cieloraso. Propio de la época en Occidente. Dos pequeños saloncitos (o cantinas, según su significado original), uno a cada lado del gran salón, fueron sendas cámaras privadas de damas y caballeros. Probablemente el lugar al que se acudía a tomar alguna bebida y chismear.


Vestíbulo principal (Foyer)

Una de las pinturas, nos indica el guía, tiene un efecto óptico especial, una mujer que parece vernos desde cualquier parte del salón desde donde se mire. Truco reconocido en la famosa pintura Mona Lisa de Da Vinci, más sin embargo, acá la impresión es mayor por estar ubicada en el techo y ser visible desde todo el salón.


Parte de las pinturas en cieloraso del Foyer

Finas maderas constituyen el piso, ahora cubiertas para asegurar su mantenimiento, un pequeño espacio descubierto nos demuestra su fineza y una fotografía nos manifiesta cómo luce el suelo original, la última vez que fue utilizado en una visita oficial.



Piso del vestíbulo


Adorna el centro la escultura que estaba en la cúspide de la fachada externa, en donde ahora hay una réplica para conservar la original. Otro detalle particular, nos indican, la parte central del techo tiene decoraciones con 7 escudos provinciales acompañan el Escudo Nacional, sin embargo éste cuenta con 5 estrellas, es decir, en aquellos tiempos la República tenía solo cinco provincias oficiales, sin embargo dada la importancia de las otras dos se esperaba que algún día fueran provincias y se incluyeron de una vez. ¡Que detalle!


La Fama

Escudos de provincias

Por último, vemos el interior de los palcos, justo a los lados del palco presidencial, para apreciarlo y recibir la explicación de ser el más importante de todo el Teatro y la silla central, adornada con listones dorados, la principal del recinto. También cuenta con una pintura en su techo.

Para finalizar regresamos a la entrada, en el vestíbulo se aprecian varias esculturas en mármol. Las que representan a La Música y La Danza, se encontraban originalmente en la fachada exterior, a los lados de La Fama, las cuales también fueron removidas (y colocadas unas réplicas) para su conservación en mejores condiciones.


Esculturas

Si no ha visto el interior del Teatro en un recorrido guiado, le insto a que lo haga. El costo de admisión es muy económico para nacionales, además suele ofrecer funciones económicas en los Martes de Teatro al Mediodía así como Jueves de Música al Atardecer en el vestíbulo del segundo nivel.

El edificio más bonito de todo el país, símbolo de la ciudad capital, orgullo de todos los costarricenses, merece la visita.