En tren de Milán a Venecia

Lunes 2 de Octubre 2006

Milán fue casualidad, como parada para cambiar de tren entre París y Venecia, con un poco más de experiencia como viajeros nos atreveríamos a conocer la ciudad, por el momento conocemos la estación. Veníamos en un tren/hotel con camas y continuaríamos en uno de asientos normales.

Estuvimos solo un par de horas en la estación de tren de Milano Centrale, de 7 a 9am, y después de pagar 30 centavos cada una, pudimos ingresar al baño, aunque en realidad tuve que pagar 40, ya que la máquina no se dio cuenta que coloqué 3 monedas, creo que las coloqué muy rápido y la pantalla decía que llevaba solo 20 centavos, así que tuve que poner otra moneda para que me dejara pasar.

La rutina duró más de lo normal, ya que aproveché para cambiar mi ropa (interior al menos) y “bañarme” con unas toallitas húmedas de esas para bebé, fue lo más cercano a darme un baño que pude hacer, lavarme la cara y los dientes, para quitarme la sensación de “añeja”. ¡Y funcionó!

Salimos de la estación y nos encontramos con una zona verde, donde decidimos desayunar, unas barras de granola, bueno yo iba preparada para todo el viaje con unas buenas Barras Nutritivas de Nutrilite (marca exclusiva de Amway, valga el comercial para la compañía donde laboraba, en ese entonces). Luego buscamos un rótulo de “Milán” para tomarnos una foto, como típicas turistas y para tener prueba de que estuvimos en el lugar, aunque no conocimos más que la estación del tren, pero bueno, estuvimos ahí y eso era suficiente para nosotras, que aún no podíamos creer que estuviéramos en Europa.

Esperamos nuestro tren y nos fuimos, ya un poco más despiertas a Venezia (con “z” en italiano, con “c” en español, curioso), aprovechamos para practicar un poco con el libro de frases en italiano y olvidarnos del “merci”, también pudimos ver un poco de paisaje, bien hermoso, Verona, Vicenza, Padova, y aprovechamos para tomar fotos desde el tren, los lugares se parecen así que optamos por la practicidad, tomarle fotos a los rótulos en las estaciones del tren que anunciaban el nombre, para poder recordar el lugar a donde pertenecía el paisaje.

Hasta que al fin empezamos a ver el mar Adriático y llegamos a la super famosa Venecia.