El vaporetto

En cuanto al 'vaporetto' habíamos leído en un foro de Internet que era gratuito, y efectivamente lo parecía, ingresamos y salimos sin pagar ni un centavo, nadie compró ningún tiquete ni nadie pedía nada ni al subir ni al bajar; pero al regresar a la estación acuática para esperar el barquito, vimos un letrero que advertía de una multa de 35€ si un oficial a bordo le pedía el tiquete y no se portaba. Y como ya teníamos suficiente con la multa que pagamos al llegar a Francia, muy obedientemente preguntamos cómo adquirirlo.

Ya lo sabes: no creas todo lo que lees en Internet ... aunque eso me incluya.

Pili se convertiría oficialmente en la más "sacrificada" al hablar en italiano para cualquier consulta (a pesar de que entienden bien el español), ella quería practicar el idioma, pero no con cualquier persona, sino con algún guapo italiano que salía a nuestro paso, o sea, con cualquiera, ya que descubrimos que es cierto lo que dicen al respecto, los italianos son sumamente guapos (al menos de jóvenes), los franceses tienen las facciones muy finas y se ven bien, pero los italianos son de muuuy buen físico (las italianas también, amor ... cuando vengas ya no te vas a quejar de mi comentario), eso sí mientras no abran la boca ya que fuman demasiado, como dice el dicho "igual que una prostituta en vacaciones", y su tono de voz suena fuerte como si siempre estuvieran enojados.

En fin, compramos el tiquete por 5€ que valía por algunas horas, lo que nos pareció demasiado dinero, y al día siguiente buscaríamos otra alternativa.