Llegando a Toledo



Lunes 16 de Octubre, 2006.
Sétimo día en España.

Toledo fue un viaje de un solo día, después de decidir entre las opciones más cercanas que teníamos para visitar desde Madrid, decidimos ir a Toledo, a unos 70 kilómetros de distancia.

Salimos muy temprano en la mañana, tipo 8am, lo cual según notamos, para los españoles, era realmente muy temprano... "salís a poner las calles" nos decía Elena a modo de broma, "porque a esa hora aún no están puestas", y efectivamente circulaba muy poca gente, pero preferíamos aprovechar el día al máximo, salir temprano, regresar tarde y... después de todo, era una hora normal para nosotras.

El recorrido fue interesante y algo nuevo, viajamos en el Ave, tren de alta velocidad diseñado según nos enteramos para viajar a más de 350 km/hora, y... llegamos muy rápido. A leguas se notaba que eramos turistas, ya que nos tomamos fotos en el asiento del tren mostrando el logo de "Ave", pero poco nos importaba, disfrutamos mucho el viaje.
Tuvimos todo el día para recorrer caminando la ciudad... no hay otra forma más que caminar, descansar y seguir caminando. El clima estuvo muy bien, eso nos ayudó a aprovechar el día.

Lo primero fue conseguir un mapa. La ciudad es muy antigua y como era usual, está al margen de un río, el Tajo, y es amurallada; desde la estación del tren hay varios accesos, o sea, puentes. Se encuentra sobre una colina, por lo que además de caminar, hay que subir y bajar niveles constantemente.